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lunes, abril 30, 2007

- MAS DEL CAMBIO CLIMATICO -



Sin planes contra el cambio climático

La Argentina no tiene los medios para realizar mediciones específicas; sin diagnóstico, no existe una política responsable

Nuestro país no tiene, ni puede por ahora tener, una planificación a largo plazo para adaptarse a los efectos del cambio climático. Lo advierten los expertos y lo admite la secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Picolotti.

Sucede que no existe en el país un sistema integral de mediciones hidrológicas y climatológicas que permita, en primer lugar, obtener los datos necesarios para elaborar un diagnóstico y, sobre esa base, diseñar una política estratégica para contrarrestar las consecuencias adversas del calentamiento global.

Si bien fueron identificados, a grandes rasgos, los fenómenos derivados del cambio climático que ya empezaron a afectar a nuestro país (mayor frecuencia y severidad de inundaciones, sequías y tormentas; inviernos más cálidos, aumento del nivel del mar), se ignora cuáles serán las áreas y las poblaciones más damnificadas, y, por eso, resulta imposible prever medidas para minimizar la influencia del aumento de la temperatura del planeta.

"No hay datos para correr modelos matemáticos a nivel comunal. No puedo decir cuáles serán los puntos más afectados y por qué fenómenos. La comunidad internacional tiene una deuda con los países en desarrollo: financiar el relevamiento de datos mediante un sistema de mediciones hidrometeorológicas y climatológicas. No hacen esfuerzos de disminución de emisiones y encima no transfieren dinero. Nosotros tenemos una cantidad limitada de recursos para tanto por atender", admitió, vehemente, a LA NACION Picolotti, consultada sobre las críticas escuchadas recientemente sobre la falta de un plan estratégico nacional.

Entre esas voces de alarma figura la de Osvaldo Canziani, físico, doctor en Meteorología, especialista en hidrometeorología aeronáutica y copresidente del Grupo de Trabajo II del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que estudia los efectos, la vulnerabilidad y la adaptación del planeta al calentamiento global.

"Necesitamos redes de observación integrales para tener un monitoreo permanente de los recursos naturales de todo el país [hidrológicos, terrestres, atmosféricos, físicos y biológicos], con transmisión en tiempo real de la información. Por un lado, un sistema de medición de ese tipo servirá para generar los datos básicos sobre los recursos que poseemos y, así, determinar trayectorias de sustentabilidad; saber dónde pueden instalarse poblaciones y dónde no, qué cultivos se pueden desarrollar en qué regiones, los riesgos de enfermedades... Por otro lado, tendremos alertas tempranas sobre todo tipo de catástrofes", dijo a LA NACION.

Además, la organización de un sistema de mediciones integral permitirá desarrollar un plan a largo plazo con una continuidad asegurada pese a los cambios de gobierno. "Hoy no hay visión a largo plazo, ni acá ni en ningún país en vías de desarrollo. Se atienden las urgencias. Y terminamos siempre empezando de cero, sin acumular experiencias", lamenta Canziani.

Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales también señalan la falta de una planificación en el mediano y el largo plazo, enmarcada en una política ambiental integral. "Hay proyectos de mecanismos de desarrollo limpio (MDL), pero no una planificación que los enmarque. Este año distintos informes emitidos no dejan duda de la certeza científica de las consecuencias del calentamiento global. Más que nunca las autoridades deben adquirir una mirada de largo plazo para avanzar en estrategias de mitigación y adaptación", explicó la directora del área de Comercio y Desarrollo Sustentable de la fundación, María Fabiana Oliver.

Y continuó: "Hasta ahora hubo acciones aisladas, que hubieran dado mucho mejor resultado si formaran parte de un plan integral. Afrontar las consecuencias del cambio climático será el desafío del siglo XXI. Y que no me digan que hay una estrategia si no tenemos una ley de conservación de bosques, que el oficialismo podría sancionar con su mayoría en el Congreso, ni un ordenamiento territorial para la producción agrícola".

¿De qué se habla cuando se habla de mitigación y adaptación? En pocas palabras, las estrategias de mitigación son acciones que prevén, reducen o desaceleran los cambios del clima o del paisaje; consisten principalmente en cambiar las fuentes de energía para estabilizar la emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Presentes en la atmósfera, estos gases (el dióxido de carbono, el óxido nitroso, los hidrofluorocarbonos, los perfluorcarbonos y el hexafluoruro de azufre) elevan la temperatura, porque retienen el calor que la Tierra recibe del Sol.

Estrategias de adaptación

Las estrategias de adaptación son acciones que contrarrestan las consecuencias adversas de los cambios del clima o del paisaje. Por ejemplo: mudar a la gente que vive en áreas bajas cercanas a las costas que van a ser inundadas por la creciente del nivel del mar, cambiar a tipos de cultivos agrícolas más tolerantes a la sequía, aumentar el uso de la irrigación en la producción de cultivos en las áreas que se espera que se tornarán más áridas, instalar máquinas de fabricación de nieve en los complejos recreativos de esquí, conservar la biodiversidad, mantener la conectividad del paisaje para ayudar a la vegetación y a la fauna migratoria, reducir la fragmentación de los hábitats y manejar las especies que se pueden adaptar al cambio climático.

Sin un diagnóstico de dónde estamos y con qué recursos contamos, deviene imposible determinar hacia dónde vamos. Picolotti parece no ignorar la situación. "Por supuesto que me gustaría tener los datos para planificar normalmente, para instalar una política nacional a largo plazo. Pero es mucha la plata que hay que invertir. Sólo para seis estaciones de monitoreo en el Riachuelo invertimos 3 millones de pesos", argumentó.

Mientras tanto, indicó la funcionaria, la secretaría creó la Mesa de Atención de Emergencias y Desastres Ambientales, con objeto de aunar esfuerzos de distintos organismos del Estado para asistir las emergencias causadas por catástrofes naturales.

Además, Picolotti destacó los programas de mitigación relacionados con la reconversión tecnológica de las industrias que impulsa el gobierno nacional. "Nosotros les damos asistencia técnica gratuita para que los proyectos coticen bien en el marco del Protocolo de Kyoto. Y estamos peleando por simplificar el ingreso. La protección del ambiente también tiene que ser un buen negocio", reflexionó.

Otras medidas del Gobierno son la prohibición de importación de pesados que no cumplan con Euro 3; el desarrollo de proyectos de protección de bosques nativos, mientras se aguarda la sanción en el Congreso de la ley de conversación de bosques (ver aparte), la remisión de proyecto de ley para crear un fondo de compensación que financie emprendimientos rurales que conserven bosques nativos; proyectos piloto de transporte limpio en Córdoba y Rosario; la reglamentación de la ley de biocombustibles; la primera estación experimental de energía de hidrógeno en Pico Truncado.

"La Argentina va bien. Con la preparación de proyectos de mitigación está dentro de los compromisos asumidos", dijo el investigador del Conicet y miembro del Centro de Investigación del Mar y de la Atmósfera (CIMA) Vicente Barros, lejos de las críticas del IPCC.

Y sostuvo: "En cuanto a las estrategias de adaptación, recién se está planteando el tema. Es prematuro decir que no se está haciendo nada. Hay una enorme cantidad de trabajos y obras realizadas, sobre todo en infraestructura hídrica, para adaptarla a las nuevas condiciones climáticas. Sí hay que acelerar el paso porque la naturaleza nos está ganando la carrera".

Por Angeles Castro
De la Redacción de LA NACION

domingo, abril 29, 2007

- SE VA LA VIDA -



Cuando la vida no tiene valor

Para ciertos sectores de la población, la vida humana parecería no tener valor. De otro modo no se entenderían los comportamientos que se observan en ciertos momentos del día y en determinadas zonas de la ciudad. Adviértase, por ejemplo, lo que sucede en las horas de la madrugada en las vecindades de algunos boliches bailables, cuando un gran número de jóvenes y adolescentes abandonan desordenada y bulliciosamente el establecimiento y se exponen a ser arrollados por los automóviles que atraviesan las avenidas circundantes a velocidades elevadísimas.

"Velocidad e imprudencia, un cóctel letal", tituló LA NACION hace pocos días una información referida a los accidentes de tránsito que suelen producirse en la ciudad, casi siempre en horas de la noche o de la madrugada.

De más está decir que, en muchísimos casos, la velocidad y la imprudencia van acompañados de un tercer condimento: el consumo desmedido de alcohol, un mal que afecta, en muchos casos, tanto a los que conducen automóviles como a los que abandonan el boliche y salen a la calle olvidándose de lo más importante, que es dejar atrás el baile y el clima de distensión e irrealidad con que se suele disfrutar la permanencia en esos lugares.

En el informe periodístico al que hacemos referencia se proporcionaron detalles muy concretos sobre lo que ocurre diariamente en las inmediaciones de la Avenida del Libertador e Hipólito Yrigoyen, en Vicente López, donde está situada una discoteca sumamente concurrida, pero que no es muy distinta a cuanto ocurre en otros lugares adonde los jóvenes van a divertirse.

En esos lugares es común que los adolescentes, después de abandonar los locales, crucen las calles en grupo y a toda marcha sin dirigir siquiera una mirada a los semáforos. También es frecuente que se junten a bailar en plena calzada, sin reparar en los vehículos que circulan por la zona en una y otra dirección, la mayoría de los cuales viaja a bastante más de cien kilómetros por hora.

Para algunos jóvenes, jugar con la vida y con la muerte ha pasado a ser una suerte de rito o diversión. Algo así como una nueva y aterradora variante de la ruleta rusa. Quienes conducen alcoholizados, obviamente, no juegan solamente con la vida propia sino también con la vida ajena. Pero unos y otros -automovilistas de paso y peatones ocasionales- suelen comportarse con la misma ligereza, con idénticos niveles de irresponsabilidad.

El sábado de la semana última, un joven de 17 años murió, justamente, al ser arrollado por un automóvil en la mencionada esquina de Vicente López. Otro joven que iba con él sufrió heridas de extremada gravedad y fue internado en un sanatorio céntrico. Como dijimos, el problema no se circunscribe a una zona determinada: se extiende a todo el país. El domingo pasado, en Bahía Blanca, un automovilista atropelló a tres jóvenes hermanos y continuó su marcha sin detenerse a prestarles auxilio.

El accidente se registró junto a las vías del ferrocarril y los tres jóvenes sufrieron heridas de considerable gravedad. Hace aproximadamente un mes, una joven de 17 años fue arrollada por un automóvil en la intersección de la avenida Libertador y Schiaffino, en el barrio porteño de la Recoleta.

Tampoco en este caso el conductor se detuvo a auxiliar a la víctima. Hace pocos días provocó encrespadas discusiones una sentencia judicial por la cual se condenó a tres años de prisión en suspenso a un hombre que en el curso de 2005 había atropellado y muerto a un peatón, en el barrio de Belgrano. Para los familiares de la víctima resultó altamente irritativo que el causante del accidente hubiese podido eludir el cumplimiento efectivo de la pena de prisión.

Los hechos que mencionamos en este comentario son sólo algunos pocos de los que alcanzaron resonancia periodística en los últimos tiempos: no agotan de ninguna manera el listado trágico de las muertes o lesiones graves que acaecen a diario en plena ciudad como consecuencia del caos del tránsito.

Pero los sucesos que hemos descripto tienen un indudable valor ejemplarizador o emblemático: ilustran sobre la existencia de una actitud cada vez más generalizada de despreocupación e irresponsabilidad, que lleva diariamente a muchas personas, especialmente a muchos jóvenes, a descuidar el bien más alto que todos, sin excepción, estamos llamados a custodiar. Ese bien es la vida humana. La propia y la ajena, la de cada uno y la de todos, la del que conduce un automóvil y la del que atraviesa distraídamente una calle como si fuera una pista de baile.

Como sociedad deberíamos tomar conciencia de la gravedad del problema que estamos señalando. Y deberíamos comprender que es necesario salir al cruce de una tendencia cultural que está llevando a muchos jóvenes -con la complicidad del alcohol o de drogas, no hay que olvidarlo- a prolongar sus estados emocionales de autocomplacencia, de hedonismo o de sopor hasta el extremo de dejar de lado ciertos resortes y reflejos naturales de la conducta humana, como son los que se traducen en actos básicos e instintivos de defensa de la propia integridad física.

Las campañas que se han puesto en marcha para intensificar los controles de velocidad y los tests de alcoholemia en las rutas y en las vías urbanas pueden significar una valiosa contribución para combatir los accidentes de tránsito, que en nuestro país constituyen una de las causas más frecuentes e irracionales de mortalidad.

Pero, al margen de lo que el Estado puede y debe hacer en sus diferentes jurisdicciones, es imprescindible que como comunidad reaccionemos frente a ese aflojamiento de las costumbres que está llevando a tantos sectores juveniles a desentenderse del ejercicio activo y permanente de las responsabilidades vinculadas con la defensa de la integridad de la vida, entendida como el valor más alto que todo sistema de convivencia debería proteger.

Editoral La Nación

sábado, abril 28, 2007

- LA PALABRA -



La palabra ausente

En la plenitud de una revolución tecnológica que ha dado a los hombres asombrosas posibilidades de comunicarse unos con otros en cualquier parte del mundo, la palabra suele estar ausente en los espacios públicos de la Argentina. Entendámonos, por una vez. La palabra está más ausente de lo que sería de desear en un sentido profundo, que es el de suscitar el interés por escuchar al otro y, escuchándolo, conocerlo y sopesar la bondad de sus argumentos en relación con los propios.

La Biblia informa que "en el principio era la Palabra". Si ha sido así, ¿habremos involucionado tanto como para impulsar un fenómeno paradójico? ¿Qué razones de arrogancia determinan que los gobernantes se sustraigan al diálogo con los que piensan distinto? Salvo en alguna ocasión excepcional, de derrota evidente, como después de las elecciones de Misiones, no es que los gobernantes hayan entrado en un silencio místico o reflexivo como el que George Steiner tipifica en el ideal trapense, que se remonta a abandonos del habla, dice, tan antiguos como el de los estilitas o los Padres del Desierto.

Se trata, en cambio, de una ausencia de diálogo, de una obcecación en negar la existencia de opiniones independientes o adversas que abre paso, en actitud ya audible, y a veces a diario, al sarcasmo, a la voluntad de herir y hasta de humillar. Tal constancia parece reflejar una curiosa compostura profesional en la materia. Y después, sobre todo cuando la historia enseña que todo tiene un tiempo, hasta que comienzan a soplar otros vientos, y después otros, y así.

Tres años atrás, los santafecinos padecieron una inundación que produjo numerosas víctimas, devastó riquezas públicas y privadas, destruyó hogares, en especial entre los más humildes, y dispersó familias.

Los diarios locales publicaron entonces listas de personas desencontradas a fin de contribuir a que se reunieran lo antes posible con los seres queridos. Ha vuelto a producirse ahora un fenómeno de igual naturaleza que ha dañado a los hermanos santafecinos. Sin embargo, ha sido innecesario que los medios se hicieran cargo de notificar dónde se encontraban las personas perdidas. Sólo tres años después de la inundación anterior, aun para gente de las casillas más precarias de las villas, donde se concentra mayor miseria social en Santa Fe, resultó ocioso, en efecto, aquel rasgo de solidaridad periodística. El servicio de la telefonía celular había venido a ocupar su lugar.

Pero la cuestión de fondo sigue siendo la misma que desde hace tiempo se observa en el espacio público nacional. Cuando impera la mayor revolución tecnológica habida en los últimos quince años, que ha sido la de las comunicaciones que lo facilitan todo para encontrarnos, en la Argentina hay una pasmosa incomunicación.

No hay diálogo, pero debe haberlo. No para que los gobernantes renuncien a sus ideas, sino para que aprendan, para que asimilen experiencias, cotejen otros estilos, otras sensibilidades, otros temperamentos. Es necesario insistir en esa clase de ejercicios, porque su esencia determinante no depende de lo que haga un gobierno en particular, sino de la forma en que la Nación haya asimilado aquel valor a su cultura.

En La ciudad de Dios , San Agustín dice: "El diálogo es el camino para encontrar la verdad". Y mucho más cerca, el pontífice que llevó la responsabilidad de conducir la apertura y modernización de la Iglesia después del Concilio Vaticano II, Pablo VI, lo definió con palabras apropiadas para hacer comprender su significación en la Argentina de hoy: "El clima del diálogo es la amistad; más aún, es el servicio".

Entre los primeros aprestos para una campaña presidencial es absolutamente indispensable hablar del diálogo como virtud. Desde la perspectiva de esta columna editorial, lo importante no es quién va a triunfar, sino cómo gobernará y para qué. Quienquiera que fuere la figura política que jure el 10 de diciembre servir al país, deberá estar alentada, por el mayor número de voces posibles, a ejercitar la tolerancia, a escuchar, a disponer de grandeza para compartir actos de mayéutica, que son, desde Sócrates, los del arte de alumbrar en otros, con preguntas, verdades que uno tenía en sí sin saberlo.

En una democracia con mayores cualidades que la actual o sea con más republicanismo del que está admitido en la vida cotidiana de las instituciones nacionales, nadie puede rehuir la ética del diálogo, incluso si estuviera perdido en el paroxismo de la mezquindad personal. Como diría el maestro Norberto Bobbio, uno de los grandes politólogos del siglo XX, el restablecimiento del coloquio es el mejor medio para que los hombres se libren a sí mismos, y no sólo a los demás, de los mitos de que son prisioneros.

Quedan apenas tres años para que la Argentina se encuentre con sus dos siglos de libre destino. No podrá eludir la pregunta sobre qué hizo en todo ese tiempo, cuánto lo aprovechó, cuál fue la magnitud de la dilapidación de oportunidades y de bienes heredados. ¿Se reconocerán los hombres de Mayo en el aniversario de 2010? ¿O harán, en cambio, una desoladora constatación borgiana: No sé cuál es la cara que mira/ cuando miro la cara del espejo?

Urge debatir y acordar políticas básicas de Estado. Urge convenir las normas de acción práctica que devuelvan al país la condición mínima de previsible sin la cual se deteriora en el orden interno la posibilidad de crecimiento sostenido en paz, en libertad, con seguridades físicas y jurídicas suficientes y se relega la ubicación nacional en el concierto de naciones. Esa condición no se logra con denuestos a los funcionarios internacionales que periódicamente objetan a la Argentina por la ausencia de un proyecto nacional para el largo plazo.

Los Pactos de Punto Fijo, en Venezuela, en 1958; los Pactos de la Moncloa, en España, después de la dictadura franquista; los acuerdos de Irlanda, en fin, que han suscitado la admiración internacional, dejan la sabiduría de enseñanzas de las que es necesario aprender.

Así como Europa ha proclamado a 2008 como el Año del Diálogo Internacional, hagamos aquí el propósito de expresar por lo menos que, después de las elecciones de este año, la Argentina estará preparada para abrir cauce a un diálogo generoso, contrafigura de los fanatismos y de la intolerancia, y manifestación del racionalismo y de la fe confiados en el destino superior del hombre.

viernes, abril 27, 2007

- FELICITACIONES -



BBC Mundo gana el Ortega y Gasset
Redacción de BBC Mundo


Nos acaban de anunciar que BBC Mundo ganó, por unanimidad, el Premio Ortega y Gasset 2007, que por primera vez se otorga en la categoría de periodismo digital.
Según el diario español El País, que estableció el premio en 1984, lo merecemos por nuestra "decidida apuesta por un periodismo digital de calidad en español".
Cuando recibimos la primera llamada de El País, pensábamos que se trataba de una broma. No porque tuviéramos dudas de la calidad de nuestro trabajo, cuyo mayor galardón ha sido el incremento exponencial del número de nuestros usuarios desde que, en los albores del periodismo digital, nuestro sitio comenzara a dar sus primeros pasos, en 1999.

Lo que pasa es que, a pesar de la seriedad que dedicamos a cada uno de nuestros trabajos, en nuestra redacción, integrada por periodistas de toda América Latina, España y el Reino Unido, en su mayoría jóvenes, si no de edad por lo menos de espíritu, no faltan los bromistas.
Además, hasta donde sabemos, ninguno de nosotros estaba informado de que éramos candidatos para esta distinción.
Así que tenemos que reconocer que la primicia de la noticia se la debemos a El País, cuando la publicó en su edición digital.
Es un gran honor para nosotros y un reconocimiento del talento y la creatividad del equipo que tengo el honor de encabezar. Agradecemos muchísimo este premio

A la directora del servicio en español de la BBC y ex editora de BBC Mundo, Julia Zapata, la noticia le causó mucha emoción.
"Es un gran honor para nosotros y un reconocimiento del talento y la creatividad del equipo que tengo el honor de encabezar. Agradecemos muchísimo este premio", dijo.

También fueron premiados, en otras categorías, el periodista independiente cubano Raúl Rivero, por su "lucha tenaz y comprometida por la libertad informativa", el periodista boliviano Roberto Navia, por su artículo "Esclavos Made in Bolivia", la fotógrafa española Desireé Martín Peraza, por su "Cayuco en las costas de Tenerife" y, con una mención especial, Xoan Álvarez Rey, fotógrafo de la agencia EFE y del Faro de Vigo, por su obra "El incendio de Ponte Romaño".

A todos ellos nuestras felicitaciones.
Nuestro premio se lo dedicamos a todos los usuarios que, con sus cerca de 14 millones de visitas mensuales a nuestras páginas, hacen posible y justifican nuestra existencia.
También a todas las personas, conocidas o anónimas, cuyas historias alimentan nuestro sitio.

jueves, abril 26, 2007

- UNA NUEVA TIERRA -




Descubren un planeta "habitable"
BBC Mundo Ciencia



Un equipo internacional de astrónomos descubrió el que aseguran es el planeta más parecido a Tierra que se conoce hasta ahora. Hasta ahora es el más parecido a la Tierra, y podría ser habitable.

Está fuera de nuestro sistema solar y, según los científicos, tiene las características de un planeta habitable. El exoplaneta -como se les llama a los planetas fuera de nuestro sistema solar- tiene un radio 50% mayor que la Tierra; además, tiene capacidad de contener agua líquida y, por lo tanto, de ser habitable, dicen los astrónomos. El equipo de científicos suizos, franceses y portugueses descubrió la "Supertierra" utilizando el telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO).

"Es la primera vez que descubrimos un planeta como éste" dijo a BBC Ciencia Xavier Bonfils, del Observatorio Astronómico de Lisboa en Portugal, y uno de los astrónomos que participó en el hallazgo. "Y creemos que contiene agua líquida porque tiene la masa adecuada y la temperatura correcta", afirma el astrónomo.


El planeta tiene 5 veces la masa de la Tierra, y orbita una estrella enana roja llamada Gliese 581, que se sabe tiene una masa igual a la de Neptuno. Participe: ¿cómo se imagina este planeta? Los astrónomos señalan que también encontraron evidencia de la presencia de un tercer planeta, que es ocho veces más grande que la Tierra. Extrasolar El nuevo exoplaneta es el más pequeño que se ha descubierto hasta ahora en ese sistema, y puede completar la órbita alrededor de su sol en 13 días. El nuevo planeta gira alrededor de Gliese 581.

Tal como explica Xavier Bonfils, su sol, la estrella enana Gliese 581, es mucho más pequeña y fría que nuestro sol y por lo tanto menos luminosa. "Es por eso que a pesar de que el expolaneta se encuentra 14 veces más cerca de Gliese 581, el planeta se ubica en una zona que podría ser habitada", afirma el astrónomo. Ésta es una región alrededor de la estrella donde el agua puede ser líquida. "Calculamos que la temperatura promedio de la Supertierra es de entre 0 y 40º centígrados, es por eso que el agua allí podría ser líquida", señala Bonfils. "Y creemos que su superficie podría ser rocosa -como la Tierra- o cubierta de océanos", agrega.

Vida

Como se sabe, el agua líquida es un elemento fundamental para la vida, tal como la conocemos. Es un descubrimiento muy importante y creemos que puede haber muchos más planetas como éstos. Y en el futuro nuestro objetivo es buscar indicadores de vida en la atmósfera de estos planetas Xavier Bonfils, Observatorio de Lisboa.

Es por eso que los astrónomos creen que, debido a su temperatura y su relativa proximidad, el planeta podría ser en el futuro el objetivo de misiones espaciales para buscar vida extraterrestre. "Si tuviéramos un mapa del tesoro del universo -dice el astrónomo- este planeta sin duda estaría marcado con una X", dice Xavier Bonfils. La estrella huésped Gliese 581 es una de las 100 estrellas más cercanas al Sol. Está localizada a 20,5 años luz del Sol en la constelación Libra y su masa es de sólo una tercera parte del astro centro de nuestro sistema planeterio. Este tipo de estrellas rojas enanas emiten 50 veces menos luz que el Sol y son las estrellas más comunes de nuestra galaxia.

"Es un descubrimiento muy importante y creemos que puede haber muchos más planetas como éstos", dice el astrónomo. "Y en el futuro nuestro objetivo es buscar indicadores de vida en la atmósfera de estos planetas", señala. Hace dos años, el mismo equipo de astrónomos descubrió otro planeta alrededor de Gliese 581 y creen que el sistema planetario que rodea a la estrella está formado de al menos 3 planetas mucho más grandes que la Tierra. Es por eso, dicen, que se trata de un sistema solar extraordinario.

miércoles, abril 25, 2007

- TRANSITO -




¿Falta de educación vial o falta de respeto?


Nos encontramos como siempre en tratar de separar lo inseparable. En realidad, sería prudente reconocer que el argentino en general tiene un escaso apego a cualquier tipo de norma, exige a los demás el cumplimiento, pero llegado el momento de cumplirla, pretende consigo mismo una excepción.

En cuanto a la educación vial, esta no es la excepción. ¿Cómo se manifiesta? Lo vemos a diario: vehículos estacionados en avenidas, vehículos estacionados sobre la margen izquierda, vehículos estacionados sobre la senda peatonal, vehículos estacionados obstruyendo la bajada para discapacitados, vehículos estacionados sobre la ochaba, vehículos estacionados en doble fila, vehículos que cuando van a girar no utilizan la luz de giro, vehículos que pasan semáforos en rojo, vehículos que no respetan las velocidades máximas por donde circulan, vehículos que no respetan las velocidades máximas de cruces de calles y avenidas, vehículos que no respetan la prioridad de paso, derecha, subida, pasos a nivel, etc.

Las excusas: "estoy apurado", "es solo un momento", "voy a comprar algo y vuelvo", etc. Siempre la excepción justificada de algo injustificable por propia comodidad, en perjuicio de los demás y el incremento innescesario del riesgo de accidentes.

Cada maniobra, cada uno de los hechos mencionados, no hace más que potenciar la ya, más que alarmante cifra de accidentes. Y como último dato, hoy por hoy reparamos en los muertos, pero no mencionamos aquellos, quienes quedan con daños permanentes, todo por la irresponsabilidad que genera nuestra propia comodidad, y el supuesto derecho de creerse con derechos por sobre los demás.

Veamos entonces si estas faltas de respeto, se pueden constatar en todos los ámbitos, lo que genera esto a nivel sociedad, no es nada más ni nada menos, la crítica internacional que pesa sobre nuestro país.

Agradezco la posibilidad que brinda en este espacio, para que podamos expresar nuestras ideas y pensamientos, a fin de poder aportar nuestro grano de arena, para que en algún momento de nuestra historia, seamos un país mejor, con una sociedad que respete, no sólo las normas, sino al prójimo.

Flavio Martín Dodero

martes, abril 24, 2007

- TECNOCASA -



Casas inteligentes:

propuestas prácticas

para hogares reales



Hoy es posible controlar gran número de funciones en el domicilio o la oficina sin tener que pensar en una gran refacción. Además, se puede manipular todo en forma remota, desde una computadora hasta el teléfono móvil

La imagen de la casa del futuro que dejó parte de la ciencia ficción del siglo XX en nuestra mente colectiva incluye casas que combinan un diseño arquitectónico ultra moderno con perillas, botones y luces: es una automatización visible. En la actualidad se apela más a la sutileza: las casas automatizadas incluyen todo el confort que puede ofrecer la tecnología, pero sin resignar la estética. Es decir, se puede tener una casa inteligente con cualquier estilo.

Eso es la domótica: controlar, en una casa, casi todo lo que use energía eléctrica o tenga un motor. Esto incluye manejar las luces de la casa, prenderlas o reducir su intensidad, subir persianas, correr cortinas, controlar la calefacción o refrigeración de los ambientes, el ventilador de techo, o activar el filtro de la pileta.

Además, definir música ambiental para toda la casa o variarla según las habitaciones, bajar una pantalla para una proyección de películas, o esconder un televisor de plasma detrás de un cuadro que se desliza. También es posible, tocando un par de botones, abrir la puerta de entrada, desactivar la alarma y cosas por el estilo.

Las opciones más sofisticadas involucran sensores de presencia que hacen que las luces de un pasillo se vayan prendiendo a medida que alguien lo recorre, o que se apaguen en una habitación vacía. También, que los regadores del jardín se activen según el clima: si llovió, no riegan; si hace mucho calor, riegan más.

Una función atractiva para quienes planean dejar su casa sola por un tiempo es la simulación de presencia: las luces se encienden solas a la noche por unas horas, luego se apagan, funciona el televisor, la radio, etcétera.

Todo esto lo maneja una computadora en la casa, que se controla con una pantalla sensible al tacto donde se despliega un plano de la casa y las opciones de control para cada habitación. También es posible controlar los dispositivos desde una PC, corriendo un software que emula al control central.

Si la casa tiene banda ancha, se puede activar cualquier función en forma remota: prender el aire acondicionado, bajar las persianas, encender las luces de la entrada, por ejemplo.

Si se instalan cámaras IP -capaces de transmitir video por medio de Internet-, éstas podrán ser controladas desde cualquier PC, tanto si detectan movimiento y envían en forma automática un mensaje al celular o a un e-mail como si se quiere ver cómo juegan los chicos en su cuarto.

Incluso es posible activar escenarios desde el teléfono celular. Un escenario es el disparo de hasta una treintena de acciones coordinadas, una manera de configurar toda la casa, o un sector específico, con un solo botón.

El crecimiento que está teniendo la domótica en el país motivó la organización de una exposición, Expo Casa Domótica, que se realizará del 4 al 6 de julio próximo (más datos, en www.expocasadomotica.com ).

Opciones flexibles

Lo ideal es diseñar una casa desde el principio pensando en automatizarla, porque eso permite instalar funciones (puertas, ventanas y persianas motorizadas) que de otra manera sería muy complicado controlar, usando un cableado propio y exclusivo.

"En una casa de 300 metros cuadrados, por ejemplo, se puede tener 150 puntos de control -explica Fernando Otero Barreira, de Domotic ( www.sistemasdomotic.com.ar )-. El precio adicional por automatizar la casa es de US$ 12 por metro cuadrado por construir, aproximadamente."

Para las casas ya construidas, la cosa cambia. La opción más común es la que aprovecha el estándar X10, que permite controlar dispositivos en forma inalámbrica o usando el cableado eléctrico existente. En www.x10.com se puede ver muchísimos dispositivos y componentes con este estándar.

Aquí se usa un controlador central que está compuesto de tres módulos, cada uno del tamaño de un libro grande, que manejan los artefactos. "Por supuesto, las funciones manuales, como prender la luz con un interruptor de pared, siguen funcionando -aclara Hugo Eichmann, de la firma Elecei ( www.elecei.com.ar )-. Si se corta la luz, lo que podía accionarse en forma manual también sigue funcionando."

Qué podrá ser controlado depende de cada familia; todo se puede configurar, evitando en la mayoría de los casos tener que romper paredes para poner caños. Por ejemplo, hay motores tubulares para las cajas de las persianas, o cables de interconexión planos que se asemejan a un zócalo.

"La vivienda no cambia de forma: agrega funciones -afirma Andy Radogowski, de X-tend ( www.xtend.com.ar )-. Eso mantiene bajos los costos; por ejemplo, el precio de motorizar una persiana es de $ 680; controlar tres luces, $ 800; programar el encedido de las luces para simular presencia, $ 750; controlar la calefacción por teléfono, $ 1100. Por US$ 2000 se puede controlar las luces de la casa, subir persianas, generar perfiles para horarios determinados, y bastante más. Cada usuario define qué quiere controlar."

Como explica Máximo Sanguinetti, director de la casa y oficina inteligentes Marca Futuro ( www.marcafuturo.com ), ya hay principios de automatización en muchas casas: desde el control remoto al temporizador del aire acondicionado, pasando por los regadores del jardín, el filtro de la pileta o un simple tomacorriente con timer. "Con estas nuevas instalaciones -explica-, las luces se apagan cuando nadie está en la habitación y la calefacción se enciende sólo cuando es necesario. La gente piensa en la domótica como un lujo, pero también es un ahorro."

Ricardo Sametband
La Nación Tecnología

lunes, abril 23, 2007



Los sonidos del Sol


Paul Rincon

BBC Mundo



Los arcos coronales son generados por el campo magnético del Sol

Enormes anillos de gas caliente y electrificado en la atmósfera del Sol se comportan como un instrumento musical, afirman los científicos.

Estos "arcos coronales" portan ondas sonoras casi de la misma manera como el sonido pasa por un órgano de tubos.

Las llamadas "micro llamaradas" solares generan explosiones de sonido que después se propagan por los arcos coronales.

"El efecto es muy similar al que se produce al puntear una cuerda de guitarra", le dijo a la BBC el profesor Robert von Fay-Siebenbuergen en el Encuentro Nacional de Astronomía en Preston, en el Reino Unido.

La corona es una atmósfera de gas -o plasma- caliente y cargado de electricidad, que rodea al Sol. La temperatura de ésta debería reducirse a medida que se aleja de la superficie del Sol.

Sin embargo, la temperatura de la corona es hasta 300 veces más alta que la de la superficie visible de la estrella, o fotósfera. Y nadie puede decir por qué.

Chorros ardientes

Los arcos coronales pasan cientos de miles de kilómetros por encima de la superficie del Sol como enormes chorros ardientes generados por el campo magnético de la estrella.

Mientras el plasma solar pasa de la fotósfera a los arcos, es calentado a unos 5.700ºC hasta más de un millón de grados centígrados.

"Estos arcos pueden tener hasta 100 millones de kilómetros de longitud y conducir las ondas y sus oscilaciones de manera similar a la de un órgano de tubos" dice Youra Taroyan, del Centro de Investigación de Física Solar y Plasma Espacial

La explosiones solares conocidas como "micro llamaradas" pueden liberar la energía equivalente a millones de bombas de hidrógeno.

Estas explosiones pueden enviar unas ondas acústicas inmensamente poderosas que atraviesan los arcos a decenas de kilómetros por segundo, con lo que crean "música de órgano" cósmica.

"Estos arcos pueden tener hasta 100 millones de kilómetros de longitud y conducir las ondas y sus oscilaciones de manera similar a la de un órgano de tubos", dice Youra Taroyan, del Centro de Investigación de Física Solar y Plasma Espacial (SP2RC, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Sheffield.

Las explosiones de sonido decaen en menos de una hora y se disipan en la ardiente corona solar.

El profesor von Fay-Siebenbuergen, quien dirige el SP2RC, dijo que el estudio de cómo el plasma se calienta en arcos a tan altas temperaturas puede acelerar el desarrollo de fusión nuclear a escala industrial en la Tierra.

Estrella en la Tierra

La fusión nuclear es el mismo proceso que da energía al Sol y a otras estrellas. A diferencia de quemar combustibles fósiles, las fusiones nucleares no producen dióxido de carbono, el gas de invernadero al cual los científicos culpan del calentamiento del planeta.

La fusión funciona mediante el principio de que la energía puede liberarse al juntar forzosamente los núcleos atómicos en lugar de separarlos, como sucede con las reacciones de fusión que realizan las plantas nucleares actuales.

En el centro del Sol, la alta presión gravitacional permite que esto ocurra a temperaturas de unos 10 millones de grados centígrados.

Dado que la presión en la Tierra es mucho menor, las temperaturas para producir fusión tienen que ser más altas, por encima de los 100 millones de grados centígrados.

En experimentos de fusión nuclear, se pueden usar poderosos campos magnéticos para aislar el plasma de las paredes de un recipiente de contención.

Esto reduce la pérdida de calor conductivo, lo que permite que el gas electrificado pueda calentarse a altas temperaturas.

Los sistemas de confinamiento magnético más prometedores tienen forma anular, y se los conoce como torus.

El profesor von Fay-Siebenbuergen dijo que un arco coronal puede dar claves sobre cómo mejorar la fusión nuclear, porque puede considerarse como un medio-torus.

domingo, abril 22, 2007

- ESTADO Y CULTO -



Iglesia y política: compromiso más allá del púlpito


La fuerte homilía de Bergoglio esta semana, con críticas a Ibarra evidenció hasta qué punto la Iglesia busca mostrarse como baluarte de las instituciones
Por Laura Di Marco
La Nación - Opinión

Fue una semana de crispación para la ya difícil relación entre la Iglesia y el Gobierno. Al kirchnerismo, a estas alturas, nadie le saca de la cabeza cuál es el rol que está jugando el cardenal Jorge Bergoglio: a falta de un partido político que se le plante -se conjetura en la Casa Rosada- el arzobispo de Buenos Aires se ha convertido en el verdadero jefe de la oposición política en la Argentina.

Pese a que distintos referentes de la Iglesia han expresado que sólo los mueve la voluntad de ayudar en la reconstrucción institucional del país, a los hombres del Presidente les preocupa algo que para ellos ya tiene la consistencia de una certeza: el cardenal, temen, ha decidido meterse de lleno en el juego político apoyando candidatos propios.

La homilía de esta semana, en la que el prelado instó a los postulantes porteños a no olvidar la tragedia de Cromagnon, que terminó con la gestión de Aníbal Ibarra, no hizo más que convencer al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y al propio Ibarra de que el arzobispo decidió hacer un acto en contra del kirchnerismo. Lo leen así: no sólo fue un golpe para el jefe de gobierno destituido sino también para Daniel Filmus, el candidato oficialista que lo lleva a Ibarra en una lista de legisladores.

"La Iglesia es de todos, pero está apoyando a Telerman y a Macri", denunció, sin vueltas, el jefe de campaña de Ibarra, Gustavo López, en alusión a las gestiones del cardenal para unir a Carrió y a Telerman, una fórmula de fuerte relación personal con Bergoglio que, en las próximas elecciones del 3 de junio, confrontará con el kirchnerismo en la ciudad.

En verdad, nada de esto es nuevo. Bergoglio pareciera consolidar una importante posición de predicamento político, especialmente desde que bendijo a monseñor Piña, en Misiones, y con esa jugada frenó el resto de los proyectos reeleccionistas que alentaba Néstor Kirchner. Desde entonces y hasta hoy, otros religiosos empezaron a asomarse también a la arena política: el padre Luis Niella, en Corrientes; Délfor Brizuela, en La Rioja; Francisco Nazar, en Formosa; Luis María Ocampo, potencial candidato a intendente en Mar del Plata, y Ramón Cardozo, que se perfila como postulante para ocupar la intendencia de El Dorado, segunda ciudad de Misiones, son algunos de los ejemplos más renombrados. Y el obispo de Santa Cruz, Juan Carlos Romanín, se puso a la cabeza del conflicto sindical en su provincia y acusó al Gobierno de extorsionar a los maestros. "Lo hago porque no hay oposición", explicó el religioso.

¿Cambió la Iglesia? ¿Es Bergoglio un cuadro político en un sentido tradicional, como acusa el Gobierno, o simplemente hay una nueva cultura religiosa de la que también participan otras iglesias y a la que el rabino Sergio Bergman describe como "testimonial de acción"?

En verdad, las religiones -y especialmente la Iglesia católica- con su largo enraizamiento en la cultura argentina, siempre han tenido participación en la vida política nacional. En todo caso, el énfasis ahora, coinciden los observadores, parece estar puesto en el afianzamiento de un proyecto democrático, en defensa de la institucionalidad.

No hay apoyos exclusivos, ni excluyentes, argumentan en la Iglesia, y también aclaran que no hay aliento a religiosos a participar en la política partidaria a través de candidaturas: intentos que, aseguran en la curia, ellos mismos cortaron de cuajo. El padre Guillermo Marcó, cercano al cardenal y actualmente a cargo de la Pastoral Universitaria, lo explica: "La Iglesia no direcciona el voto, pero sí está en su rol orientar a la gente buena, por ejemplo a su laicado, a que se comprometa. Pero nosotros no podemos ser candidatos a nada, ni nos interesa".

Con afilada esgrima verbal, un alto funcionario K, en su despacho del primer piso de la Casa Rosada, pinta un cuadro bien distinto: "Los jesuitas siempre han tenido esa enorme habilidad para estar con la revolución y la contrarrevolución al mismo tiempo. No hay nada más parecido a un peronista que un jesuita", dice, en alusión al cardenal.

Los religiosos que participan en la Coalición Cívica -en la que el rabino Bergman es uno de los principales socios y que también incluye al dirigente de la comunidad islámica Omar Abud- prefieren hablar del nacimiento de un nuevo paradigma y reivindican el derecho de la espiritualidad y la religión a facilitar la recomposición de la representación política. ¿La misión? "Mostrar el camino y facilitar el pasaje de la sociedad civil a la práctica política. La religión tiene derecho a reclutar gente que defienda valores democráticos. Mejor que lo hagamos nosotros y no los punteros", desafía el rabino.

La macrista Gabriela Michetti, compañera de fórmula de Mauricio Macri en las elecciones porteñas, reconoce en Bergoglio a su pastor y lo va a ver cada vez que necesita aclarar su mente. Lo curioso es que el rabino Bergman hace lo mismo y también Elisa Carrió. Un hombre cercano al cardenal define lo que Bergoglio opina sobre ella: "Se podrán decir muchas cosas de Lilita, menos que no tiene coherencia entre lo que dice y hace". Esta suerte de bendición, precisamente, fue la que le quitó el sueño esta semana a Roberto Lavagna. Tenía la esperanza de que el presidente del Episcopado apoyara su candidatura presidencial: ¿mudará ese respaldo, ahora, hacia Carrió?

Claro que Michetti y la líder del ARI no son las únicas en visitar al cardenal en el edificio contiguo a la Catedral Metropolitana. Hay una larga lista de dirigentes que lo van a ver y algunos políticamente significativos y no necesariamente católicos. Por ejemplo, el macrista Mariano Narodowsky, principal referente en educación del macrismo y primer candidato en la lista de legisladores de Macri. El caso de Narodowsky es curioso, igual que el de Luis Liberman, subsecretario de Educación del gabinete de Jorge Telerman: ambos, educadores, tienen la proximidad que perdió Filmus quien, según el Episcopado, no defendió lo que previamente había acordado con la Iglesia sobre la ley de Educación y se mostró dispuesto a abrir el debate sobre el aborto. Para colmo, llevar al ministro Ginés González García -que hizo del preservativo su bandera- como el candidato de su lista oficial.

El radical Enrique Olivera, coequipier de Telerman, es un católico militante, y al peronista y macrista Santiago de Estrada, en la Legislatura lo apodan, con simpatía, "el obispo": no hace falta explicar por qué. En su esquema habitual de relaciones, el cardenal cuenta, también, con el empresario Francisco de Narváez; el sindicalista Alejandro Amor y Omar Abud, de la Asociación Arabe Argentina Islámica, quien llegó a ser propuesto como candidato a legislador en la lista porteña de la Coalición, en el marco del Diálogo Interreligioso que Bergoglio apoya.

Curiosamente, y a pesar de tener tantos macristas que lo visitan, Macri no está bien visto en el Arzobispado. ¿La razón? Cerca del cardenal, dos fuentes lo explican: "Cuando le tocó defender leyes que le interesaban a la Iglesia, como la educación sexual en las escuelas, dejó a sus legisladores libertad de conciencia, en lugar de fijar una posición común", argumentan.

En cambio, la relación entre Bergoglio y Jorge Telerman es fuerte y viene de larga data. Una historia de fines de 2004, quizá, revela el entramado desconocido del vínculo. Ocurrió durante la polémica muestra de León Ferrari, en la que se criticaba duramente el papel del catolicismo. En medio de la tensión extrema entre Ibarra y la Iglesia, Telerman mantuvo su relación con Bergoglio a toda costa. Por entonces, recibía misivas del prelado, que decían: "Hágame un favor, Telerman: rece por mí". Hoy, el jefe porteño recoge aquellos frutos: el cardenal cree que el actual jefe de gobierno porteño es un hombre con sensibilidad hacia lo religioso.

Los dirigentes del Diálogo Interreligioso -judíos, islámicos y católicos- que alientan la Coalición Cívica parecen tenerlo claro. Hay un nuevo paradigma, que Bergman explica: "La religión tiene derecho a involucrarse en la política cívica. Buscamos inspirar y orientar, en lugar de armar y conspirar".

Claro que la visión del Gobierno es enteramente distinta. Para la administración K, Bergoglio es el hombre más político de la Iglesia y, en ese contexto, no tiene competencia, mientras que Bergman es, sencillamente, un rabino opositor. Casaretto, a cargo de la Pastoral Social, es visto como el segundo hombre político dentro del clero. Cuentan que el obispo de San Isidro se acercó al Gobierno a través de Enrique "Pepe" Albistur y Julio Bárbaro. También hubo puentes con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, a través de Cáritas, cuando la dirigía Casaretto.

Entre tanta crispación, también a los politicólogos e investigadores el tema parece dividirlos. Así, mientras que para Marcelo Cavarozzi, experto de la Universidad de San Martín, la participación de la Iglesia muestra una "innovación positiva", que puede servir para recomponer un nuevo sistema de representación política, para Fortunato Mallimaci, sociólogo del Conicet especializado en cultura y religión, se trata casi de una expresión de la antipolítica.

"La ciudadanía podrá distinguir entre una propuesta para los creyentes y lo que deben ser políticas de Estado. Y esto es más urgente cuando, en el actual juego democrático, la ausencia de oposiciones partidarias sólidas - tanto a nivel nacional como provincial y municipal- llevan a buscar hoy referentes religiosos, tal como ayer ocurría con deportistas o cantantes para ganar o intentar ganar elecciones. La antipolítica tiene también un fuerte espesor histórico y social en nuestro país."

Cavarozzi lo lee de otro modo: "Después de haber avalado institucionalmente el golpe del 76, me parece muy positivo ahora que Iglesia se vuelque a un proyecto democrático. Para mí, todas las innovaciones son buenas, pero hay que verlas marchar".

Kirchner y el cardenal

"Hay que imaginar que el presidente del Episcopado es algo así como el director de un consorcio. No es que el obispo de Neuquén o el de Santa Cruz lo llaman a Bergoglio para ver qué hacer", analiza un hombre destacado de la Iglesia.

Es decir, internamente hay más de un posición. A grandes trazos, digamos que hay una mayoría, liderada por el presidente del Episcopado, que alienta a los obispos a trabajar sobre la sociedad, mientras que otra, hoy minoritaria y liderada por monseñor HéctorAguer, sostiene que deben operar sólo sobre la fe. También entre los obispos más comprometidos hay diferencias, básicamente sobre la relación que la Iglesia debería tener con el Gobierno y el diagnóstico de la realidad nacional. Los obispos José Arancibia, José María Arancedo, Luis Héctor Villalba y, en menor medida, Jorge Casaretto, ven como un exceso que el estilo K sea comparado con el aparato stalinista, como suponen muchos al lado del cardenal.

Durante la última semana, cuando los ánimos estuvieron hipersensibles, el obispo de Lomas de Zamora, Agustín Radrizzani, advirtió que la falta de diálogo con Kirchner puede dañar a todos. Cerca de Bergoglio interpretaron el comentario como un tiro por elevación. Radrizzani se alinea con Casaretto, que, concretamente, sostiene que los obispos deberían hacer un pedido formal de entrevista con el Presidente.

"En rigor, hace ya tiempo que el Presidente y el cardenal parecen jugar a las escondidas -escribió José Ignacio López en LA NACION- y que en sus respectivos entornos se mueven y aconsejan tanto quienes procuran tender puentes y facilitar el diálogo como quienes estimulan los prejuicios y azuzan la confrontación."

El secretario de Culto, Guillermo Olivieri, definió así la delicada relación: "Desde el inicio de la gestión del presidente Kirchner, el Gobierno se ha propuesto consolidar un vínculo de autonomía y cooperación con la Iglesia Católica, así como con las demás confesiones religiosas". Sin embargo, y pese a las buenas intenciones declaradas, Bergoglio y Kirchner nunca se reunieron hasta ahora.

sábado, abril 21, 2007

- EL CLIMA -



Apocalipsis climático

Por Diana Cohen Agrest
Para LA NACION

Extinción de especies animales y vegetales. Costas amenazadas por el aumento del nivel del mar. Incremento de los procesos de desertización y reducción de reservas de agua. Las imágenes del Apocalipsis sólo son aceptables cuando, instalados en el aséptico lugar del espectador o del esteta, son observadas en una pintura de Durero o de El Greco. Pero, salvo que resuene en el púlpito, a modo de superyó celestial, solemos desoír cualquier voz humana admonitoria que nos advierta que el final de los tiempos se acerca.

En un mundo desacralizado y sostenido en un hedonismo a toda prueba, las amenazas apocalípticas, en el peor de los casos, evocan una representación meramente imaginaria del ocaso del mundo, y en el mejor, cierta condescendencia incrédula.

Lo cierto es que nuestro tiempo dista de reconocerse en el tiempo cristiano, con un comienzo absoluto (el instante de la Creación) y un fin absoluto (el Juicio Final). Tampoco se trata del tiempo circular del mundo grecorromano, sin comienzo ni fin. Y ni siquiera parece ser el tiempo de la Ilustración, unido indisolublemente al progreso, porque la noción misma de progreso histórico ha sido puesta en entredicho.

Pero el anuncio del cambio climático, si se toma en serio, resulta tan intimidante como el mismo Apocalipsis, o peor. Porque, al fin de cuentas, no se asocia con la ira o la sabiduría divina, sino con nosotros, que caemos en el pecado de arrojar la basura en cualquier lado, usar aerosoles y abusar de insecticidas que dañan el medio ambiente. Mal que nos pese, nuestra civilización no es eterna: la civilización egipcia -la sociedad humana que subsistió durante más tiempo sobre la faz de la Tierra- perduró a lo largo de 5500 años. Y atender el ecosistema implica pensar más allá del hoy: los desechos que hemos producido en las últimas décadas continuarán siendo tóxicos durante al menos 20.000 años más. Estas consideraciones inactuales vienen a cuento de una cuestión más actual que nunca. Nuestra concepción del tiempo -si la hay- puede ser una clave de respuesta para la pregunta que Al Gore se hace en Una verdad incómoda , cuando se interroga por qué tanta gente cree que la crisis provocada por el calentamiento terrestre no es real.

Quien ha trazado de forma soberbia la filosofía del tiempo fue San Agustín, según quien, en la intimidad de la conciencia, "si el pasado ya no es y el futuro aún no es", entonces el tiempo se conjuga sólo en presente. Pero aunque el futuro se le presentara bajo la forma de la espera y hundiera sus raíces en el presente, ese futuro agustiniano era una dimensión temporal subjetiva que se reconocía como tal. Pareciera que nuestra concepción del tiempo -si la hay- fuera una versión perversa del tiempo agustiniano: vivimos en una suerte de presente continuo, pero relegamos el futuro como dimensión de la subjetividad.

Con su lucidez característica, Zygmunt Bauman nos ofrece una interpretación de cómo se vive una temporalidad en que los excluidos de la economía de mercado, vidas desperdiciadas si las hay, sobreviven aplastados bajo el peso de un tiempo abundante, innecesario e inútil, en el cual no tienen nada que hacer. En su tiempo "no pasa nada". Mientras que sus abuelos quienes, sujetos al tiempo impersonal del ritmo fabril, marcaban sus ingresos y salidas del trabajo , eran controlados así por el tiempo, los marginados de hoy, consumidores de paco y TV basura, sólo pueden matar el tiempo a la vez que éste los mata lentamente.

En el polo opuesto, los ciudadanos incorporados en la cadena productiva viven en un presente perpetuo que consta de episodios, cada uno de ellos aislado del pasado y del futuro. Colman cada uno de sus instantes, y la consigna es que el tiempo no alcanza para todo lo que falta hacer.

En este presente inelástico, ¿qué queda, pues, de la dimensión del futuro? En la esfera privada, así como en el pasado el ahorro era una virtud, en el presente la tarjeta de crédito es la expresión de cómo el futuro es hoy, pues con ella se gasta a cuenta de lo que aún no se posee. En la esfera pública, en el tan particular contexto argentino, los planes de largo plazo son inimaginables. Y en cuanto a la asociación de los intereses privados y los públicos, la brecha entre la comunidad científica y los agricultores cuyos campos sufren ya el impacto del cambio climático , reclama una coordinación atenta por parte de los organismos del Estado que no incluye en su agenda ocuparse de una presunta amenaza del mundo desarrollado.

Por cierto, es posible alegar que no es urgente velar por el futuro cuando hay necesidades imperiosas para paliar hoy: la desnutrición de las clases sumergidas golpea en el presente. Pero también es cierto que éste es un argumento que sólo pretende deslindar nuestras responsabilidades hacia las llamadas "generaciones futuras", las que ya no son una entelequia: somos nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos, quienes en sólo cuatro décadas padeceremos las consecuencias de la ausencia de previsibilidad que nos caracteriza hoy.

La autora es doctora en Filosofía (UBA). Su último libro es Inteligencia ética para la vida cotidiana

viernes, abril 20, 2007

- A. DUMAS -


El quinto mosquetero

Por Marcos Aguinis
Para LA NACION


Alejandro Dumas fue un monstruo de la naturaleza. Sus aventuras y la magnitud de su obra superan a los personajes que nacieron de su imaginación. Ya desde antes de nacer, su destino lo embarcaba en peripecias asombrosas, que no cesaron hasta que su cuerpo obeso y voraz se detuvo de golpe. Parece imposible que haya sido el autor de 1400 títulos, entre novelas, obras de teatro y libros de viaje.

Aunque lo hayan asistido colaboradores con materiales, información e ideas, todos sus productos llegaron a la imprenta escritos con su propia mano, que hacía correr la pluma a velocidad de vértigo. Podía gozar de animadas reuniones y apartarse durante una hora para redactar algunos capítulos o escenas que de súbito estallaban en el cerebro. Después volvía a gozar de manjares, de buenos vinos y de las caricias de mujeres que se morían por su amor.

Estuvo inmerso en la historia de Francia por la conflictiva relación que tuvo su padre con Bonaparte y por su amistad con el hijo del rey Luis Felipe. Recorrió el Mediterráneo de una margen a la otra, fue adorado por jeques del desierto y luchó con Garibaldi por la unidad de Italia. Padeció extrema pobreza, se hizo inmensamente rico, construyó el espléndido palacio de Montecristo y perdió todo hasta quedar en la última miseria. Lo admiraron y envidiaron, lo criticaron y pusieron en el cielo. D’Artagnan se hubiera sentido humillado por la vitalidad, los saltos y las fintas de su creador.

Henri Troyat nos ha regalado una sabrosa biografía de esta personalidad irrepetible. Pero sus 462 páginas no alcanzan para desplegar la riqueza de una vida inmensa, más llena de joyas que los cofres recuperados por el conde de Montecristo, de quien hizo una novela perfecta. Alejandro Dumas no sólo ha grabado en el mármol de la literatura universal títulos como Los tres mosqueteros, Los hermanos Corso, La reina Margot, Enrique III, Cristina y Veinte años después, sino una historia personal que pone al rojo nuestra capacidad de asombro.

Empecemos por señalar que fue el nieto de una esclava caribeña. Y que su padre, hijo de esa negra, había sido vendido por su propio progenitor. Esa terrible saga había empezado cuando a fines del reinado de Luis XV un noble francés que había despilfarrado su fortuna viajó a Santo Domingo, compró una plantación y se procuró una concubina entre las esclavas más bonitas. Se llamaba Marie Cessette. Resultó ser muy inteligente y se convirtió en la administradora de la finca, lo cual le valió el sobrenombre de Marie du Mas (María de la finca). Du Mas se condensó en Dumas. Ella le dio varios hijos, pero el mayor, llamado Thomas Alexandre, era tan vigoroso e ingenioso que su padre le tomó gran cariño, pese a su tez oscura y a su cabello ensortijado.

Un huracán devastó las plantaciones y después una epidemia mató a millares de sobrevivientes, incluida Marie Dumas. Arruinado, el francés decidió regresar a Europa, pero como no tenía dinero para el pasaje, vendió a los hijos que había tenido con Marie. Respecto del mayor, se reservó el derecho de retroventa antes de que pasaran cinco años. En Francia obtuvo una herencia importante y, por culpa o por nostalgia, recuperó a su hijo natural.

Thomas Alexandre, apenas llegado a París, se zambulló en el estudio y también aprendió elegantes modales. Su estatura, agilidad felina y ojos de fuego le dieron notoriedad en salones, ópera y garitos. Después quiso alistarse en el ejército y su padre se enojó: “¡No quiero que arrastres mi apellido en los últimos escalafones!” “Perfecto –contestó el hijo de la esclava–; me alistaré con el apellido Dumas.”

Las peripecias de Thomas Alexandre Dumas en el cuartel estuvieron plagadas de extravagancias que después inspiraron a su hijo escritor. Atravesó la toma de la Bastilla, los desórdenes de la revolución y el fanatismo por las decapitaciones. Se enamoró de Marie-Louise, una belleza que se rindió enseguida ante ese mulato seductor que sabía de memoria parrafadas de César y Plutarco, era un espadachín invencible y era capaz de cargar tres hombres sobre sus espaldas.

Las aventuras bélicas del dominicano causaron sensación desde que pudo atrapar él solo a trece soldados austríacos. Poco después de casarse tuvo que seguir en campaña y debió marchar de un frente a otro, con exhibiciones de coraje, picardía y magnanimidad (que algunos fanáticos llamaron antipatrióticas). Bonaparte, advertido de su talento, lo incorporó a sus huestes y después lo llamó a Italia para que fuera gobernador en Trevise, donde trabajó con tanta honestidad y eficiencia que sus habitantes lo saludaban como el “Benefactor”.

Más adelante fue llevado por Bonaparte a Egipto. Después de la batalla de las Pirámides y la triunfal entrada en El Cairo, se permitió criticar el absurdo de esa campaña. Napoleón le reprochó su actitud y Thomas Alexandre Dumas, sin perder la calma, replicó: “Sí, dije que por la gloria y el honor de la patria yo daría la vuelta al mundo, pero si sólo se tratara de un capricho suyo, no daría un solo paso”. Bonaparte le contestó, firme: “Quien no cree en mi fortuna es ciego”. Y se convirtieron en enemigos para siempre.

Se embarcó de regreso a Francia, fue apresado en un naufragio y enterrado en una cárcel del reino de Nápoles. Padeció envenenamientos y una torpe sangría que le seccionó un nervio del pie. Cuando pudo regresar, lisiado y sordo, estaba irreconocible. Dedicó lo poco que le quedaba de vida a su pequeño hijo de ojos azules, en quien incrustó sus aventuras, que luego se iluminarían en páginas inmortales. Cuando murió y le explicaron que se había ido al cielo por voluntad de Dios, el pequeño Alejandro, inconsolable, fue a buscar una escopeta para matar a Dios.

Presenció la caída de Napoleón, el ascenso de Luis XVIII y los inútiles reclamos de su madre por una pensión modesta. Alejandro se las arreglaba y hacía amigos por su habilidad de cazador. Pronto descubrió también su ingenio en la escritura y el poder hipnótico de la poesía. No le resultaba dificil enamorar mujeres y decidió apelar a cualquier recurso para vestir con elegancia. Vio una representación de Hamlet y salió transformado. Estudió papeles de memoria y consiguió ser aceptado como actor y luego como director en su aldea natal.

Su buena letra le permitió obtener un puesto de escribiente notarial en París, donde inició su ardua y enseguida prolífica etapa de dramaturgo. Un día le confiaron que el duque de Orleáns buscaba un empleado de confianza para copiar documentos secretos. Su Alteza lo recibió con estas palabras: “Es usted el hijo de un valiente a quien, según parece, Bonaparte dejó morir de hambre, ¿no es cierto?” Alejandro asintió sin hacer comentarios y el duque lo contrató. Se tornó amigo de su hijo y, pese a sus ideales republicanos, estuvo cerca del trono cuando el duque se convirtió en rey.

Pero el poder no le facilitó su éxito –su orgullo tampoco lo pedía–, sino que lo alcanzó a costa de esfuerzo, frustraciones y perseverancia. Con tropiezos, ascendió a la fama. Las mujeres caían en sus brazos y su departamento se llenaba de flores. Repartía su tiempo entre las aburridas copias de la oficina y sus aceleradas creaciones, entre las amantes que atendía y los mensajes inspirados que las hacían suspirar, entre los ensayos y las corridas tras sus editores. Su agilidad no era de este mundo. Además, se hacía tiempo para su madre, a la que adoraba. Luego siguieron sus novelas, que lo llevaron a la cumbre. Su producción era industrial.

Fue amigo, compinche y rival de Victor Hugo, con inalterable respeto y parpadeos de envidia recíproca. Algo menos, de Balzac. Su amistad con George Sand, más tarde, le hizo un daño a la historia. Fue así: el primer hijo natural de Dumas, también llamado Alejandro, alcanzó fama con su culebrón autobiográfico, titulado La dama de las camelias. que luego Verdi jerarquizaría en La traviata. Igual que el padre, tuvo interminables enredos amorosos, uno de los cuales lo unió a una bellísima noble rusa. La acompañó en su regreso a Moscú, pero su marido, enterado, le bloqueó el cruce de la frontera.

Entonces debió quedarse unos días en Polonia, donde una parienta de Chopin le confesó que guardaba un paquete con las cartas de amor que le había escrito George Sand. Alejandro hijo se lo contó a su padre, quien a su vez se lo trasmitió a la escritora. Ella, ansiosa, le rogó que pagase lo que fuera para recuperarlas. Alejandro Dumas le hizo el favor y George Sand cometió el sacrilegio de quemarlas una a una.

Nunca renunció a sus ideales libertarios y republicanos, aunque en Francia eran traicionados de un lado y del otro. Participó en varias batallas suscitadas por la anarquía política y tuvo papeles decisivos –quizás imitando a su fabuloso padre– en riesgosas misiones contra amotinamientos en varias regiones del país. Tuvo el desparpajo de violar órdenes, ser magnánimo con los vencidos y pretender saltear las barreras de la censura con piezas que ponían en ridículo el abuso del poder. Pese a su fama, hubo límites que no le permitieron franquear.

Sus espectadores aplaudían las burlas a los poderosos, al sinsentido de las revueltas populares y a la impunidad de ciertos círculos. Insistía en que era un “republicano social”, opuesto a los “republicanos revolucionarios”, autores de los peores extravíos y desgracias.

En Suiza, acompañado por una de sus amantes, conoció a Chateaubriand y Hortense de Beauharnais, madre de Luis Napoleón Bonaparte, que sería luego emperador, y confraternizó con ellos. Lo atacó la fiebre por los viajes y organizó una expedición científica por el Mediterráneo. Un nuevo incidente sentimental casi le hizo perder el barco. Desde Marsella fue a la isla de If, y recorrió sus siniestros calabozos.

Recorrió gran parte de las ciudades costeras italianas. En Nápoles visitó la prisión donde habían maltratado a su padre y disfrutó en el Teatro San Carlo el estreno de la ópera Norma, de Bellini, a cuya cantante sedujo pese a que ella tenía muy cerca al novio. Dumas era tan famoso que lo recibió en Roma el papa Gregorio XVI, quien le preguntó cuál sería su próxima obra. El escritor respondió: Calígula. El Papa tragó saliva, pero le obsequió un rosario con carozos de aceitunas recogidas en el Monte de los Olivos.

Como si no fuera suficiente el río de escritos que generaban sus manos, al volver fundó el diario independiente La Mousqueterie, sobre hechos de actualidad. El lo llenaba en un noventa por ciento. Alejandro Dumas, descendiente de esclavos, supo gozar como pocos de la libertad. Incluso de la de innovar en la literatura y gozar de las más variadas ofertas de la vida.

jueves, abril 19, 2007

- ENERGIA -



Cumbre energética infructuosa

La Primera Cumbre Energética realizada en Venezuela mostró una vez más las significativas diferencias de visión que existen entre los principales países del área, no sólo en lo relacionado con la energía, sino básicamente respecto del papel que deben cumplir las instituciones indispensables para promover el desarrollo de las naciones.

En este tipo de encuentros, los mandatarios tienen la oportunidad de dialogar y debatir cara a cara políticas conjuntas de largo plazo. Y es allí donde quedan reflejadas con mayor nitidez las coincidencias y los diferentes objetivos perseguidos por los jefes de Estado, muchas veces hermanados en proyectos populistas de difícil concreción y que sólo persiguen réditos políticos de corto plazo.

La declaración final conjunta, acordada por los diez presidentes -estuvieron ausentes los de Perú y Uruguay-, abordó de manera muy general los problemas energéticos del continente y ratificó la integración energética regional como herramienta para promover el desarrollo social y económico, y la erradicación de la pobreza. En el contexto de un enfrentamiento de posiciones entre el presidente de Venezuela y anfitrión de la cumbre, Hugo Chávez, y el mandatario de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, respecto del desarrollo del etanol como combustible en sustitución del petróleo, los presidentes acordaron una declaración sin definiciones tajantes, aunque reconociendo que es una opción viable para la matriz energética regional.

Sólo hubo anuncios respecto de dos acuerdos, muy pobre conclusión si se tienen en cuenta los objetivos ambiciosos que perseguía la convocatoria de la reunión. El primero fue el cambio de nombre de la Comunidad Sudamericana de Naciones, ente que ha pasado prácticamente inadvertido desde que fue lanzado, en agosto de 2004 en Cuzco, Perú. Ahora se denominará, por pedido de Chávez, Unión de Naciones Sudamericanas. El segundo acuerdo fue la decisión de crear un consejo energético regional.

No hubo acuerdo, en cambio, sobre la creación del Banco del Sur, que impulsa Chávez y a la que adhiere el presidente Néstor Kirchner. La razón fue la resistencia de Brasil, que no considera necesario fundar un organismo con una función que ya cumplen otros entes multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento.

Una de las inquietudes fundamentales frente a esta iniciativa es que si se el banco regional se estructura con parte de las reservas de los bancos centrales de los países miembros, éstas podrían perder su inmunidad, desde que las actividades del Banco del Sur serían claramente comerciales. Cuando los acreedores de la Argentina que aún reclaman por la deuda en default impiden, de hecho, el acceso a los mercados internacionales de capital, éste podría ser un error sumamente serio y costoso. En los tribunales de Nueva York se sustancian juicios en contra de la Argentina, y los fondos que se aportasen para el Banco del Sur podrían ser embargados.

Tampoco hubo entendimiento sobre el cartel regional de países exportadores de gas, que Venezuela creó en marzo último -y ya integran la Argentina y Bolivia, además de la propia Venezuela- y que ahora pretendía ampliar.

Es fácil coincidir con la opinión del experimentado canciller brasileño, Celso Amorin, para quien esta iniciativa va directamente en contra de la integración de nuestros países y, por ello, lejos de unir a la región la desune conformando dos grupos antagónicos: el de los exportadores y el de los consumidores de gas natural.

La cumbre terminó sin definiciones sobre los temas centrales de la reunión, que son los que verdaderamente importan. Muy poco para una cumbre con pretensiones fundacionales.

miércoles, abril 18, 2007

- LA PARED -



Muros, más muros

Por Alina Diaconú
Para LA NACION

"Miré los muros de la patria mía." Francisco de Quevedo


Hace poco leímos que, en Brasil, empezó a construirse un muro de 1,5 kilómetros de largo y 3 metros de altura para detener el contrabando que llega desde Paraguay. La noticia fue corregida luego por los brasileños, aduciéndose que no era un "muro" sino una "muralla", que lo que se realizaba era "la delimitación del terreno para proteger mejor el área y facilitar el trabajo del fisco y de la policía" en la zona de la aduana.

Así se comienza. Muros y murallas no son lo mismo, pero hay algo muy parecido entre ambos, y es esa característica que tienen de separar, de impedir, de aislar y de erigirse sobre una base bastante sólida que se llama intolerancia.

En nuestro escritorio, delante de nuestra vista, sobre un mueble, debajo de una campana de vidrio, hay una bolsa de plástico con un pequeño cartel de cartulina amarillenta que dice: 58/500. Adentro, trozos de pared de distintas formas descansan en medio de un polvo de un color anaranjado. Esos pedazos de cemento coloreado no pertenecen a un muro cualquiera, sino que son fragmentos del Muro de Berlín, volteado a mazazos políticos y libertarios el 9 de noviembre de 1989. La bolsita está marcada como los grabados de los artistas: el nuestro es el ejemplar N° 58 sobre un total de 500, y nos fue regalado por un amigo escultor que había conseguido la valiosa muestra.

El Muro de Berlín, llamado por los occidentales "el muro de la vergüenza" y por los orientales "muro de protección antifascista", fue terminado en 1961 y fue consecuencia del comienzo de la Guerra Fría. Con sus 155 kilómetros de largo y sus 5 metros de altura, coronado con alambre de púa, el famoso Muro de Berlín fue erigido para prohibir la entrada y salida de un lado y del otro de las dos Alemanias: la del Este y la del Oeste. Separando así a unos alemanes de otros. Cortando en dos una misma ciudad.

La caída de ese dramático Muro de Berlín (que había implicado terror, sangre y odios a lo largo de 28 años y la muerte de más de 200 personas que trataron de franquearlo en su fuga) significó un hito en nuestra vida contemporánea. A partir de esa demolición, muchos de nosotros pensábamos que ya no habría más muros en el mundo, salvo los que visitan los turistas como legados históricos: la Muralla China (siglo III a.C.), los muros de las ciudadelas medievales en tantos lugares de la vieja Europa, el tradicional Muro de los Lamentos en Israel, la fortaleza de Saqsaywaman en el Perú, entre otros.

Al creer eso, una vez más, nos equivocábamos, claro. Allí están el muro de Cisjordania contra los palestinos, el muro de Marruecos que prolonga la ocupación marroquí en el Sahara occidental, las vallas de Ceuta y Melilla contra los norafricanos. Y para coronarlo todo, el muro de 1000 kilómetros de extensión que Estados Unidos quiere construir hoy contra los inmigrantes mexicanos ilegales. Hasta en nuestro país, por el conflicto de las papeleras, se comenzaron a colocar unos pocos ladrillos simbólicos, amenazando con un posible muro entre las ciudades de Gualeguaychú y Fray Bentos, para cerrar el paso entre Argentina y Uruguay. Por suerte sólo fue el esbozo fugaz de un ya largo enojo.

De todos modos, lo que nos preocupa es que el ejemplo del Muro de Berlín no fue, por lo visto, bastante aleccionador. Ultimamente, sólo en Nicosia, el ejército de Chipre empezó a demoler un muro que dividía la parte griega de la parte turca de la isla.

En momentos como los que estamos viviendo, donde el planeta entero está amenazado por los cambios climáticos que supimos conseguir, ¿no sería deseable comenzar a derribar muros, en vez de construirlos? ¿No será hora de decirles entre todos los habitantes de la Tierra un "no" rotundo a los muros, cualquiera sea el terrible conflicto que los propicie?

Como signo de división, no hay nada más implacable que un muro. No sólo existen muros entre las naciones, sino entre las personas. En todos los casos el muro significa el fracaso del diálogo. El fracaso de la comunicación. El fracaso de la negociación. De las ideas. Cuando se terminan las palabras, se construyen muros. El muro es el más cabal símbolo de la derrota entre dos partes. Allí donde hay un muro hay un bloqueo del razonamiento y el encendido de las más fanáticas pasiones. Por eso el muro representa toda una metáfora.

Para unos, el muro protege. Para otros, separa, aleja. Siempre se interpone entre dos pueblos, ciudades o países enemigos. El muro es la expresión de un poder omnímodo e infranqueable. ¿Hay algo más coartador de la libertad de circular que un muro? ¿Hay algo que produzca mayor impotencia y temor? Solamente en los cuentos infantiles y en muchos de los mitos existentes el héroe, gracias a un amuleto, atraviesa el muro, salta por el aire y lo vence.

Los emigrantes ilegales, que huyen del hambre y de la miseria en forma imparable, los enemigos políticos de cualquier índole que quieren abandonar su territorio, los disidentes de cualquier tipo no tienen un talismán que les haga traspasar esos muros de la impiedad. Ellos suelen ser antihéroes, y para ellos el muro, por supuesto, siempre va a ganar.

La Muralla China, con sus 7300 kilómetros de Este a Oeste, construida y reconstruida a lo largo de 1000 años en piedra caliza y granito, protegía a los chinos de otra cosa: de los ataques nómades de los hombres que llegaban a caballo desde Mongolia y Manchuria .

Para inmortalizar tamaña grandeza arquitectónica, una leyenda decía que esa muralla era la única construcción humana visible desde la Luna.

La llegada de los astronautas al soñado y poético satélite demostró lo contrario. Más recientemente, desde el Skylab, William Pogue vio la Muralla China, pero con binoculares, y otros astronautas simple y llanamente no la vieron. Tan magna construcción, tanto símbolo de poder, es invisible para ojos que miran desde el espacio.

Una buena lección de humildad, en todo caso. Como siempre, todo se ve o no se ve desde donde se lo mire, y en cuanto a la prepotencia del poder, la Historia demostró que ésta suele ser también relativa.

Volvemos a mirar la bolsita que contiene pedazos del Muro de Berlín. Ya toda una reliquia. Y nos hacemos varias preguntas:

¿No se podrá convivir hoy con nuestros vecinos conflictivos sin muros ni murallas? ¿Estaremos preparados mental y espiritualmente para intentar otros métodos, menos coercitivos, cuando las relaciones parecen ya cortadas y los problemas insolubles? ¿No habrá otra manera de encarar las desavenencias? ¿O preferimos que un monstruo de cemento, rotundo, implacable, nos siga separando, interrumpiendo por décadas cualquier diálogo posible?

Sabemos que la intolerancia siempre construye muros. Pero sabemos también que la tolerancia siempre los demuele.

La autora es escritora, El penúltimo viaje e Intimidades del ser son algunos de sus títulos

martes, abril 17, 2007

- PENSAMIENTO -



En defensa de las ideologías

Por Armando Alonso Piñeiro
Para LA NACION


Hace poco, en las páginas de LA NACION se publicó una entrevista al pensador francés René Rémond, cuyo principal postulado era negar que actualmente hubiera diferencias de fondo entre la derecha y la izquierda. Yendo más allá, Rémond afirmaba que ya no existe esta división en la vida política moderna.

Con el respeto que me merece el distinguido polígrafo, quisiera aportar algunas reflexiones al respecto. En primer término, la clasificación respecto de ambas ideologías sigue existiendo de manera abrumadora, si consideramos que el comunismo continúa rigiendo en casi una tercera parte del mundo.

Cabe ilustrar este aserto con los ejemplos de China (1300 millones de habitantes), Vietnam (80 millones), Cuba (11.200.000), República Democrática Popular de Corea -vulgarmente, Corea del Norte- (23 millones) y Bielorrusia o Belarús (10 millones). No incluyo aquí otras pequeñas naciones de Asia y Africa, con posibles prácticas comunistas.

Las cifras anteriores suman casi 1500 millones de seres humanos que viven bajo la esclavitud heredada del antiguo régimen soviético.

Si se quieren refutar estas observaciones con el argumento de que China parece haber abrazado el sistema capitalista, hay que decir que no deberíamos incurrir en este error, porque significaría limitarlo todo a la cuestión económica. Las naciones citadas son claras dictaduras, la mayoría de ellas, sangrientas y con infinidad de presos políticos.

En el caso del gigante amarillo, sus habitantes están obligados a trabajar como esclavos para elaborar productos que, vendidos en el país o exportados, se imponen por su bajo precio internacional.

No se puede aceptar, por lo tanto, que nadie cuestione en el mundo las libertades públicas, la forma republicana ni la democracia. Los países citados son ejemplos, si bien poco edificantes, de tiranías absolutas que repudian el libre albedrío político, el sistema republicano y la democracia, y niegan las más elementales libertades, desde el disenso hasta la libertad de prensa y expresión en cualquiera de sus manifestaciones.

Pero me voy a permitir avanzar un poco más y señalar que la existencia de ideologías no sólo es aceptable, sino conveniente. En primer término, no hay nada más irritante que la unanimidad: aun en países occidentales regidos por lo que a veces con cierta comodidad llamamos gobiernos democráticos, existen diferencias profundas que deben ser bienvenidas siempre que no afecten la autonomía humana.

Se dice que los términos "derecha" e "izquierda"nacieron con la Revolución Francesa, en 1789, cuando la asamblea de los constituyentes examinó el tema de las prerrogativas reales y otros privilegios. Quienes estaban de acuerdo con ellos se sentaron a la derecha del titular de la convención, y a la izquierda aquellos que deseaban abolir tales exclusividades y ampliar los caminos a todo el pueblo o a buena parte de él.

Pero se olvida que las dichosas clasificaciones tienen más antigüedad, puesto que nacieron en 1730 en la Cámara de los Comunes, en Londres. Los miembros del partido gubernamental de turno se agrupaban a la derecha del presidente ( speaker , según la denominación inglesa), y los opositores, en el otro extremo. (Incidentalmente, permítaseme aclarar que soy partidario del centro, porque la derecha suele incursionar en extremismos, y la izquierda es siniestra.)

Volviendo al tema de las ideologías, se deben defender, porque no hay nada más peligroso que la unanimidad, prólogo del despotismo. La Guerra Fría dividió dramáticamente el mundo en derecha e izquierda, pero tuvo la doble virtud de impedir un conflicto armado -tanto convencional como el más terrible, el atómico-, a la vez que la caída del comunismo soviético arrastró incluso a las naciones comunistas no soviéticas. El capitalismo, la derecha tradicional, obtuvo una primera e importante victoria, aunque, como queda dicho, casi una cuarta parte del globo perpetúa en la militancia de la extrema izquierda. Las ideologías continúan existiendo, afortunadamente, en todos los países del mundo: no hay uno solo que no tenga partidos liberales, conservadores, socialistas, demócratas cristianos o comunistas.

Es que las ideologías existieron siempre. El imperialismo (proveniente del latín imperium ) fue y es una ideología con variantes tornadizas. Primero fue el imperio mundial -mera abstracción utópica, porque nunca hubo una sola potencia que dominara todo el mundo conocido, sino diversos imperios, contemporáneos o sucesivos-; luego, los imperios coloniales; más tarde, el imperio continental, que nació en 1890.

Pero ideologías hubo y habrá siempre, lo cual es bienvenido porque permite la discusión, la confrontación y, por ende, el progreso. Creer en la muerte de las ideologías, en la desaparición de clasificaciones tradicionales como izquierda y derecha es caer en el error de suponer la desaparición de la pluralidad. Ello no ocurrirá, pero es lamentable que algunos lo sostengan.

El autor dirige la revista Historia

domingo, abril 15, 2007

- ECOLOGÍA CON RECURSOS -




Ecomillonarios en acción






Desde los años 90 se afirma la tendencia de la compra de extensos paraísos naturales con fines conservacionistas. Por qué estas grandes fortunas tienen en la mira a América latina

Por Juana Libedinsky

para La Nación Enfoques

NUEVA YORK.- Para algunos, es el Rolex de oro. Sigue el Porsche, el yate de lujo, la casa de esquí en St. Moritz o Aspen, el jet privado. Pero para un puñado de multimillonarios del Primer Mundo, la ambición es la cátedra universitaria que lleva su nombre, el ala del museo que los honra, la biblioteca pública con su busto en la entrada. Y, en estos tiempos, los paraísos naturales, en particular, la Patagonia. Por supuesto que no se trata de comprar un simpático chalet símil suizo en la Cordillera, ni siquiera un fastuoso casco de estancia, sino enormes extensiones de tierras para ser donadas como parques nacionales o para ser preservadas en estado virgen con el objetivo de contribuir con la conservación del medio ambiente.

Además de la Patagonia -argentina y chilena-, pueden ser, claro, los esteros del Iberá, la selva amazónica o a veces incluso el corazón de Africa. Lo que importa es que, para el puñado de personas con cuentas bancarias estratosféricas, este tipo de ecofilantropía es el lujo del momento.Y Chile, Argentina, Perú, Belice, México, Costa Rica y Brasil -por su belleza, biodiversidad y su oferta de lugares vírgenes- son los países preferidos para este tipo de acción directa que necesita -además de paraísos naturales para proteger- seguridad jurídica y estabilidad política, dos cosas que Africa, por ejemplo, difícilmente pueda garantizar todavía.

Douglas Tompkins -el norteamericano a quien Luis D Elía le cortó alambrados a la fuerza- es hoy el ejemplo más radical de esta tendencia: con un declarado objetivo conservacionista compró 250.000 hectáreas en los esteros del Iberá, aproximadamente 62.000 en Chubut (que ya donó y hoy forman el Parque Nacional Monte León), 14.000 en una zona lindera con el Parque Nacional Perito Moreno y 350.000 en el sur de Chile. Otros millonarios notables, hoy propietarios de grandes extensiones en nuestra Patagonia -Joseph Lewis, Ward Lay y Ted Turner- también han dado señales de que están interesados en preservar esas tierras, pero, en rigor, no se los puede incluir en la tendencia de conservacionismo radical (mucho menos a Luciano Benetton, que compró con fines productivos).

Jane Fonda y Michael Douglas -otras celebridades con declaradas buenas intenciones- hicieron también su viajecito de compras al sur de América. Johan Eliasch, diputado del Partido Conservador británico compró 160.000 hectáreas en la selva amazónica y Paul van Vlissingen, un multimillonario hombre de negocios holandés, compró en 2005 más de 4000 kilómetros cuadrados en Etiopía, en donde piensa fundar un gran "museo del planeta".

Pero mientras este conservacionismo radical (también llamado deep ecology ) es celebrado en algunos ámbitos como ejemplo extremo de altruismo planetario, para otros observadores -especialmente los observadores locales- son emblemáticos casos de un nuevo tipo de colonialismo, esta vez, teñido de verde. O de oscuras conspiraciones geoestratégicas que buscan poner en manos extranjeras recursos naturales de naciones en desarrollo.

Nuevo impulso

Lo cierto es que la ecofilantropía no es un fenómeno nuevo, ni siquiera en América latina. Lo que ocurre es que, a partir de los años 90, cobró un impulso que nunca había tenido antes. Especialmente durante el boom de las empresas tecnológicas y de Internet emergió una nueva raza de emprendedores-filántropos de la costa oeste de EE.UU. que desafió a las tradicionales ONG de la costa atlántica vinculadas a la inversión en defensa de la naturaleza. Según "Buy now and save!" -una investigación de Frank Zeller publicada por Worldwatch- , el cofundador de Intel, Gordon Moore, donó en 2001 261 millones de dólares a Conservation International para que investigara y comprara zonas calientes de la biodiversidad a las que llamó "las salas de emergencia del planeta". Ese mismo año, la Gordon and Betty Moore Foundation financió el proyecto "Los Amigos en Perú", a través del cual Amazon Conservation Association firmó un tratado con el gobierno por una concesión a largo plazo y de renovación permanente para proteger 138.000 hectáreas de bosques vírgenes y crear allí un corredor biológico.

Para especialistas como John Terborgh, profesor de estudios del medio ambiente de la Universidad de Duke y autor de los libros como Requiem for Nature y Continental Conservation: Scientific Foundations of Regional Reserve Networks , la reaparición de la ecofilantropía es una historia fascinante. "A medida que los grupos verdes tradicionales como Greenpeace han perdido cierta influencia y capacidad de recaudación -dice, en diálogo con LA NACION-, los llamados "land trusts" han conseguido una base de apoyo financiero más sólida para sustentar su crecimiento".

Así, grupos como Wildlife Conservancy Trust o The Nature Conservancy son los nuevos pesos pesados del movimiento ambientalista. The Nature Conservancy (que posiblemente se establezca en la Argentina este año, según adelantó a LA NACION), por ejemplo, tiene más de un millón de miembros, ha sido la responsable de la protección de más de 6 millones de hectáreas en EE.UU. y ha contribuido a preservar más de 40 millones de hectáreas en América latina, el Caribe, Asia y la zona del Pacífico. "Su filosofía ha sido siempre explícitamente mantenerse con un perfil bajo y alejados de cuestiones políticas como las que toma Greenpeace, y ser totalmente pragmáticos y trabajar con gobiernos, con empresarios, burócratas o lo que haga falta", aclara Treborgh.

Porque, según datos de la investigación publicada por Worldwatch , las tierras compradas para preservar hoy pueden venir de las fuentes más disímiles: en septiembre de 2004, el banco de inversión Goldman Sachs se sumó al mismo juego al donar a la Wildlife Conservation Society (WCS) una zona virgen de 275.000 hectáreas de Tierra del Fuego en la parte chilena.

Entre otras impactantes compras en nuestra región -muchas de ellas facilitadas por la WCS que maneja el zoológico del Bronx en Nueva York y trabaja en 53 países- cabe destacar la del filántropo neoyorquino Michael Steinhardt, quien compró las dos islas en el extremo más occidental de las Malvinas y se las donó a la WCS. Los popes de la entidad aseguran, a su vez, habérselas devuelto a los dueños legítimos de las islas: miles de pingüinos y la población más grande del mundo de albatros de ceño negro.

En el otro extremo, el parque privado Bosque Eterno de los Niños en Costa Rica es una reserva de 22.000 hectáreas que bordea la reserva biológica de la Nube de Monteverde y fue creada con donaciones de niños de distintas partes del planeta que fueron comprando las hectáreas poquito a poco, a 250 dólares cada una hasta convertir el proyecto en la reserva más grande de América Central.

Claro que algunas personas, sobre todo ricos industriales con espíritu emprendedor, prefieren tomar las cartas en el asunto personalmente en vez de depender de la lenta acción grupal, los vaivenes de los bancos o las a menudo burocráticas organizaciones filantrópicas. Comprar directamente para preservar uno mismo parecería ser, según la revista de Worldwatch , la forma más directa de conservación y la que da satisfacción más inmediata para personas acostumbradas a moverse rápido en el mundo de los negocios , aunque no todos lo ven como un ideal.

"Los millonarios son distintos, y muchas veces distintos de una manera que no es buena. Personalmente quedaría más impresionado con la filantropía de una persona si el dinero fuese donado a una organización establecida que puede tener una lista de grandes ideas para llevar a cabo. Esto también puede evitar conflictos entre los extranjeros ricos y la gente del lugar", señala John Whitehead, especialista de economía y medio ambiente de la Appalachian State University y miembro del consejo del Journal of Environmental Economics and Management.

Muchas veces lo que los moviliza a estos millonarios es un sentimiento cuasi religioso. "Esto es bastante obvio con sólo escuchar la retórica de los santuarios de la naturaleza, las catedrales de la vida salvaje, el hecho de referirse a extensiones de tierra como invalorables , como si fueran algo divino que está fuera del mercado -dice Jerry Taylor, especialista en medio ambiente del Instituto Cato de Washington-. Son como mutaciones paganas de la cristiandad."

Pero más allá de estas interpretaciones, el hecho es que muchos de estos megaproyectos extranjeros chocan o bien a veces con sospechas aún sin comprobación o bien con problemas concretos que afectan intereses locales. Ocurre con el African Parks Conservation de Paul van Vlissingen. En este momento, uno de sus desarrollos -el Parque Nacional de Omo, en Etiopía- manejado por su grupo desde 2005 pero habitado desde hace siglos por la tribu mursi, está en conflicto con los habitantes originarios porque 50.000 miembros están en peligro de ser desplazados. Algo similar ocurre con las tierras que compró el diputado conservador británico en Brasil: para él, esa inversión probablemente sea menos crucial que para los cerca de 1000 empobrecidos trabajadores de la industria maderera a la que Eliasch le compró las tierras.

Mal por definición

R.J. Smith, director del Center for Private Conservation de Washington DC y Senior Fellow for Environmental Policy de The National Center for Public Policy Research, insiste en que hay que tener cuidado: "Si en estas tierras que los supermillonarios están preservando se logra una mezcla privada de protección del hábitat con una utilización sustentable de recursos y ecoturismo pago, es posible que se logre proteger áreas de biodiversidad única. Pero para ello la gente de la zona y los indígenas deben incorporarse a la operación, el gerenciamiento de esas tierras y también participar del beneficio", dice.

Aún así, algunos argumentan que el planteo de la conservación privada en el Tercer Mundo está mal por definición. El panteo sería: estos millonarios ya contaminaron su parte del mundo y ahora vienen a impedir el desarrollo industrial del resto, cuando, en realidad, debería haber una acción colectiva de los países desarrollados y no impulsos privados aislados. "La acción colectiva en Occidente y en todas partes del mundo sería extraordinaria -concuerda David Anderson, autor del libro Environmental economics and natural resource management -, pero no es sencillo. En todas partes del mundo hay una educación inadecuada y falta de atención a los problemas ambientales. Cuando la acción colectiva no es posible, queda para quienes sí quieren y pueden hacer algo para mejorar la situación, y eso es exactamente lo que muchos de estos filántropos están haciendo. Es verdad que algunos de ellos han estado involucrados en las industrias manufactureras que contribuyen a la polución. Pero eso hace que sea tanto más apropiado que estén pagando de sus propios bolsillos para ayudar a resolver los problemas ambientales".

Smith, que también es especialista en medio ambiente del Competitive Enterprise Institute, lo enfoca de esta manera: "Si sólo se trata de una moda para tener acceso, por ejemplo, a una pesca de primera a la vez que se empuja hacia fuera a la gente nativa del lugar, es difícil que un bien genuino sea el resultado de estos experimentos. Han existido casos de conservación privada ejemplar en distintas partes del mundo, mucha de la cual ha sido más exitosa que la conservación en manos del Estado. Pero, en general, estos casos han involucrado a la gente del lugar. Por otra parte también hay casos de conservación privada, incluso por parte de ONG verdes, que han cruzado la raya de genuina conservación privada a lo que muchos llaman ecoimperialismo que ata a los locales a la pobreza. "

Muy pragmático, Anderson concluye que la hostilidad de la opinión pública del lugar suele ser hacia lo desconocido. "Cuando pueden entrar a ver lo que se está haciendo, muchas veces la perspectiva cambia. Para el medio ambiente es bueno mantener espacios vírgenes per se , aunque nadie los conozca. Pero si son muchos los que tienen la oportunidad de visitarlos, como ocurrió con algunas tierras de Tompkins en Chile, al valor educativo se suma un profundo impacto en la gente que ayuda a comprometerla con el cambio necesario."

Tierra protegida

El filántropo neoyorquino Michael Steinhardt compró las dos islas en el extremo más occidental de las Malvinas y se las donó a la Wildlife Conservation Society. La entidad asegura habérselas devuelto a los dueños legítimos de las islas: miles de pingüinos y la población más grande del mundo de albatros de ceño negro.

En septiembre de 2004, el banco de inversión Goldman Sachs donó a la Wildlife Conservation Society (WCS) una zona virgen de 275.000 hectáreas de Tierra del Fuego en la parte chilena.

The Nature Conservancy, líder del movimiento ambientalista que posiblemente se establezca en la Argentina este año, tiene más de un millón de poderosos miembros, que le han permitido proteger más de 6 millones de hectáreas en EE.UU. y más de 40 millones de hectáreas en América latina, el Caribe, Asia y la zona del Pacífico.

El cofundador de Intel, Gordon Moore, donó en 2001 261 millones de dólares a Conservation International para que investigara y comprara zonas calientes de la biodiversidad a las que llamó “las salas de emergencia del planeta”.

También en 2001, la Gordon and Betty Moore Foundation financió el proyecto “Los Amigos en Perú”, a través del cual Amazon Conservation Association firmó un tratado con el gobierno para proteger 138.000 hectáreas de bosques vírgenes y crear allí un corredor biológico.

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