miércoles, octubre 17, 2007
- BURO -

Cómo hacer una burocracia eficiente
Una de las quejas más amargas que se oye de los científicos por estos días es que la burocracia que pesa sobre ellos a la hora de comprar reactivos, insumos de laboratorio, equipos de investigación y de oficina, y otros recursos indispensables para cumplir con su trabajo es exageradamente engorrosa.
"Los procedimientos de compra son absurdamente complejos e implican una cadena de pasos burocráticos interminable -decía un investigador hace un par de días-. Parece increíble que, en un país que se jacta de tener superávit en su recaudación, los científicos debamos mandar decenas de e-mails y notas para comprar una laptop. Y ni que hablar de un espectrofotómetro... Iniciamos el «proceso» hace ya casi nueve meses. Literalmente, un parto."
La administración de fondos públicos es una tarea delicada, ¿quién lo duda? Antes que nada cabe aclarar que sería impensable disponer de los recursos sin los debidos recaudos. Pero también hay que reconocer que si se aplica al sistema científico la misma lógica con que se audita una obra pública pueden surgir problemas. Ocurre que, en contraste con otros empleados del Estado, el investigador es el primer interesado en invertir de la mejor manera posible el dinero que recibe para realizar su trabajo.
"Si el científico tiene que invertir un año en comprar un equipo, vamos mal -concede el doctor Lino Barañao, presidente de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, que tiene a su cargo la financiación de la ciencia local-. La cultura de la investigación es cualitativamente diferente, pero como todavía no es ampliamente conocida, resulta difícil lograr una normativa acorde."
Para empezar a corregir estos inconvenientes, el organismo que preside está introduciendo modificaciones prácticas, que intentan agilizar los procedimientos.
Por ejemplo, si el problema es reunir tres presupuestos de proveedores (para compras menores de 10.000 dólares), de ahora en más se aceptará que las propuestas y cotizaciones se realicen por correo electrónico en lugar de exigir formularios impresos.
Si los insumos necesarios no se encuentran en los países admitidos (por la normativa del Banco Interamericano de Desarrollo, que otorga el préstamo para los subsidios de investigación), puede solicitarse que se paguen con recursos del Tesoro.
Si es imprescindible cambiar el equipamiento previsto en el pedido de subsidio, simplemente habrá que comunicarlo.
Tal vez todavía haya que seguir trabajando para lograr "un sistema de compras más ágil, como el que existe en el mundo desarrollado" (Barañao dixit ), pero al menos los científicos dispondrán desde ahora de una dirección electrónica para quejas e información: hjeanneret@agencia.secyt.gov.ar.
Por Nora Bär
La Nación - Opinión