jueves, junio 21, 2007
- TIERRA DEL FUEGO -
El mensaje de la ciudadanía fueguina
Una convulsionada provincia de Tierra del Fuego irá a las urnas en cuatro días para elegir, en segunda vuelta, al futuro gobernador. Luego del escandaloso cierre de campaña para las elecciones del domingo último, cuando las denuncias y acusaciones de corrupción, pago de coimas y matonismo desplazaron a las propuestas de los dos principales candidatos -uno de los cuales quedó tercero y no irá al ballottage-, los ciudadanos fueguinos tendrán ahora la oportunidad de indicar con su voto la dirección que pretenden para la provincia.
Los habitantes del distrito más joven del país fueron testigos absortos de una campaña electoral impúdica, en la que los intereses del gobernador Hugo Cóccaro, del kirchnerista Frente para la Victoria, y del intendente de Ushuaia, Jorge Garramuño, del Movimiento Popular Fueguino, estuvieron centrados más en los ataques y golpes bajos que en interpretar el reclamo popular por transparencia, equilibrio y honestidad en la administración pública.
Así, la consagración para la segunda vuelta de la candidata de ARI, la diputada nacional Fabiana Ríos, quien logró el segundo lugar a menos de tres puntos de Cóccaro, si bien pudo ser interpretada como una sorpresa para muchos, representó en realidad un soplo de aire fresco para una sociedad que exige la renovación en las formas de hacer política en una provincia castigada por sucesivas crisis institucionales.
A un año y medio de la profunda crisis que derivó en la destitución del gobernador Jorge Colazo y su reemplazo por el vicegobernador Cóccaro, la ciudadanía de Tierra del Fuego pretende una vida institucional y política sin sobresaltos. El desplazamiento de Colazo fue la expresión cabal del hartazgo de la opinión pública de esta joven provincia que conserva viejos vicios en su dirigencia, representada por ciudadanos que se movilizaron pacíficamente para reclamar por mayor transparencia y equidad en la administración del Estado.
Cuando los pobladores fueguinos creían que aquello era parte del pasado, el caos y el escándalo volvieron al centro de la política durante el final de la campaña electoral. A las denuncias de desvíos de fondos públicos para hacer campaña se sumó la difusión de un video en el que un concejal del Movimiento Popular Fueguino aparecía recibiendo 18.000 pesos que contó y guardó en un bolso. Pero las sorpresas no acabaron allí. En un sitio de Internet se distribuyó una grabación de la compañera de fórmula de Cóccaro, Rosana Bertone, en la que aparecía diciendo que rechazaba acompañar a alguien que "manda a matar gente".
Estos condenables episodios nada tienen que ver con el interés de la mayoría de la población por la vida institucional y política provincial. El domingo último la sociedad fueguina pareció reaccionar frente a ese bochornoso espectáculo eligiendo para competir en el ballottage a una candidata que puede encarnar la renovación buscada.
Sin embargo, ninguno de los dos candidatos tiene el triunfo garantizado. Será la ciudadanía, con el poder de su voto, la que definirá, en última instancia, el destino de la provincia.