viernes, mayo 04, 2007
- CACOMOTO -
Delincuencia en moto
La mentalidad de los delincuentes está siempre malignamente dispuesta a poner en práctica renovadas modalidades para incurrir en sus fechorías. Una de ellas consiste en el agravamiento de la tendencia a utilizar motos para incurrir en criminales actividades.
Esa preferencia nada tiene de raro. Las motos son veloces y ágiles, lo cual les permite escurrirse en medio del denso tráfico urbano, circular por las veredas o a contramano y, en suma, distanciarse de eventuales perseguidores. Además, se trata de vehículos que a menudo carecen de chapa patente y pueden ser vendidos con un trámite mucho menos complicado que el exigido para la venta de autos. De hecho, no sería posible identificar de manera fehaciente a un enorme porcentaje de las motos en circulación.
Así las cosas, estos vehículos y sus tripulantes intervienen en "salideras" bancarias, arrebatos y hasta asaltos. Comprobaciones recientes demuestran que alrededor del 50 por ciento de aquellos dos primeros delitos ha tenido por responsables a los malhechores que la calle ha bautizado como "motochorros".
Según el ministro del Interior, Aníbal Fernández, la Policía Federal ha comenzado a atacar duramente a esos tan tenebrosos personajes que, por lo general, van en pareja. Para llevar a cabo el propósito enunciado, han sido destinados los 1600 efectivos, 300 automóviles patrulleros y 130 motos, incorporados hace pocos días a esa fuerza policial.
Esos hombres y mujeres, y ese material actúan en la calle -muchos, sin identificaciones visibles- para intentar prevenir, disuadir y reprimir principalmente los delitos "sobre ruedas". Deben enfrentarse con un parque motociclístico al cual incentiva el gusto por esa clase de vehículos: según informó hace pocos días LA NACION, en 2001 fueron vendidas 70.613 motos y en 2006 esa cifra aumentó a 96.663. Es más: en los últimos 15 meses, 3000 motocicletas fueron secuestradas por la policía tras hallarlas en infracción y, según se estima, el 40% de ellas había participado de algún hecho delictivo.
Positiva iniciativa. Lástima que debió haber sido puesta en práctica mucho antes, pues la delincuencia que se maneja en moto no apareció ayer; de otro modo, podrían haberse evitado lacerantes episodios que segaron la existencia de víctimas desprevenidas y, también, de más de un policía.
Ojalá que los operativos llevados a cabo para controlar la documentación de las motos y de quienes sobre ellas circulan tengan continuidad en toda la ciudad y sirvan para aventar, por lo menos, la amenaza de quienes las utilizan como si se tratase de un arma más. Todos los niveles de nuestra maltratada sociedad están ávidos de recibir señales tangibles de que se han puesto en práctica procedimientos eficientes e idóneos para empezar a restablecer la tranquilidad que perdió a manos de la salvaje acacometida de la delincuencia.
Editorial La Nación