domingo, octubre 15, 2006
- A LA MADRE -
Hay una mujer que tiene algo de Dios, por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven tiene la reflexión de una anciana y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.
Una mujer que si es ignorante descubre todos los secretos de la vida, con más aciertos que un sabio y si es instruida se acomoda a la simplicidad de los niños.
La mujer que siendo pobre se satisface con la felicidad de los que ama y siendo rica daría con gusto su tesoro, por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa se estremece con el gemido de un niño y siendo débil se reviste a veces con la bravura del león.
Una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, por que a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla de nuevo un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios.
Esa mujer no me exijan el nombre, si no quieren que empape con lágrimas nuestro álbum, por que yo la vi pasar en mi camino.
¡A TODAS LAS MADRES EN SU DÍA!