sábado, octubre 14, 2006
- ARMAS HISTÓRICAS -
Llegarán al país y se exhibirán desde el martes en el Museo de Arte
Decorativo
Singular reliquia de nuestra Independencia y testimonio histórico de gratitud, que vincula a dos figuras contrapuestas, como Manuel Belgrano y Juan Manuel de Rosas, la casa Christie s subastará el mes próximo en Nueva York el juego de pistolas que la ciudad de Buenos Aires le obsequió al creador de la Bandera en 1816, por su contribución a la gesta libertaria.
"La Ciudad de Buenos Ayres al General Belgrano, vencedor en Tucumán y Salta. La libertad de la Patria establecida", reza la dedicatoria, grabada en oro sobre las armas, con que se honró al prócer una vez declarada la Independencia.
La casa subastadora, consciente del valor histórico de las reliquias, programó un tour promocional de las armas, que llegarán al país y serán exhibidas desde el martes en el Museo Nacional de Arte Decorativo y, luego, en el Senado de la Nación.
Manufacturadas por los británicos Henry Tatham & Joseph en 1814, armeros del príncipe regente, las pistolas presentan incrustaciones de oro y plata con el Escudo Nacional cincelado, en un estuche de madera, en cuya cubierta aparece también grabado el nombre del creador de la bandera.
Christie s estima su valor de venta entre US$ 200.000 y 400.000 y las ofrecerá al mejor postor durante su subasta de arte latinoamericano, el 21 de noviembre próximo.
Las pistolas llegarán al país custodiadas por un especialista norteamericano en armas antiguas, Richard Austin, que el martes, a las 19, brindará una conferencia sobre el valor histórico de las piezas, en un recorrido financiado por el Banco Comafi.
Un coleccionista norteamericano, cuya identidad no trascendió, las someterá ahora a los dictámenes del martillo en la Gran Manzana. Todavía está fresca la astronómica cifra lograda por una pieza similar, pero vinculada a la emancipación estadounidense, cuando un set de pistolas Lafayette, que habían pertenecido a George Washington y a Andrew Jackson, se remataron en US$ 1,9 millones en 2002.
Si bien el precio estimado se sitúa ahora por debajo de esa cifra, los observadores del mercado estiman que al traerlas y exhibirlas en nuestro país se ensanchan los márgenes del potencial mercado comprador.
Recorrido por la historia
El derrotero y la procedencia de las pistolas resultan fascinantes.
Durante las sesiones del Congreso de Tucumán, los delegados provinciales quisieron destacar el protagonismo emancipador de Belgrano al haber contrariado las órdenes de retirada para enfrentar al ejército español en la batalla de Tucumán, de 1812. Seis meses después Belgrano obtuvo la más rotunda capitulación de las tropas reales en la batalla de Salta, en febrero de 1813, y con la victoria sobre esas dos contiendas el prócer adquirió la estatura de un héroe nacional. Las pistolas como obsequio durante una de las sesiones del Congreso Constituyente vienen a reflejar la alta estima de los patriotas por su gesta.
Al fallecer Belgrano, en 1920, las armas quedaron en poder de su albacea y abogado, Juan Terrero. Su hijo Máximo Terrero, casado con Manuelita Rosas, decidió en 1835 ofrendárselas a su suegro, Juan Manuel de Rosas, quien había sido socio de su padre en un emprendimiento ganadero y en un saladero.
Fue también Terrero quien grabó sobre oro el nombre del restaurador para acreditar la propiedad de las pistolas. Años después Rosas marchó al exilio aferrado a aquella reliquia patria.
Y es precisamente en Londres donde se pierde la huella de propiedad de las pistolas, que entran en un cono de sombra por más de un siglo hasta que las adquiere al norteamericano William Simon, ex secretario del Tesoro durante la presidencia de Ronald Reagan, antes de transferirlas a su dueño actual.
Por Loreley Gaffoglio
De la Redacción de LA NACION