lunes, octubre 23, 2006
- EJEMPLOS -
Creo que la única manera de volver a la “cultura del trabajo” es predicar con el ejemplo. De cualquier modo suena un tanto confuso hablar de trabajo, en un país de desocupados, subocupados, pobres, indigentes y miserables como no se ha visto nunca.
Mejor entonces: hablemos de la “cultura del esfuerzo”. Aunque más no sea esforzarnos todos los días por cambiar nuestra triste realidad, buscar una identidad y salir de este interminable letargo que nos está consumiendo.
En una sociedad exitista, donde solamente valen los que tienen poder adquisitivo y fama, que en muchos casos es de dudosa procedencia, aunque NO es para nada patrimonio de todos, los jóvenes se sienten marginados, excluidos de “el modelo” ¡QUÉ NO ES MODELO DE NADA!
La Argentina era un país de clases móviles y había siempre salidas emergentes, donde con esfuerzo el pobre accedía al estudio, la carrera y el doctorado. Eso se está perdiendo, lo mismo que el acceso a la educación, la cultura y el alfabetismo.
Ni hablar de la tan mentada “clase media” ó lo poco que queda de ella.
Si algo nos distinguíamos del resto de Latinoamérica junto con el Uruguay, era nuestro inmenso “colchón” de clase media. La que progresaba, estudiaba, trabajaba, daba profesionales de excelencia y sustentaba las bases de “una sociedad más justa”.
¿Que ha sido de nosotros? Creo que nos lo tendríamos que plantear seriamente...
¿Cuándo comenzó la brutal decadencia? ¿Fue solamente en los noventa?
A mí me da la impresión que esto viene de antes... Yo creo que fue por el ’75, con los problemas de la época, que sentaron las bases para el golpe del ’76 y los “años de plomo” con la economía de “plástico”... la triste e inútil Guerra de Malvinas, que nos dejó muchos sabores amargos y una enorme frustración.
Aprendimos que “con la democracia no se come, no se educa y ni se cura, solamente”. Sin red de un sistema estatista pasamos uno netamente liberal y que “Dios te ayude...”. Después vino la nada y se fue con más sangre... No sé bien a donde estamos yendo en este momento, pero me preocupa que los jóvenes valoren el esfuerzo, sean perseverantes y sepan que pese a todo, hay un futuro mejor que pasa por el estudio, el conocimiento y el trabajo.
No es fácil en la Argentina de hoy hablar de cosas que se fueron perdiendo. Está en nosotros recuperarlas de a poco y para siempre. Valoremos el esfuerzo de los que todos los días se levantan pensando en un país mejor y trabajan para ello. No nos detengamos en mezquindades y disputas estériles que no conducen a nada. Debemos marchar unidos hacia una meta común:
¡¡UNA ARGENTINA PARA TODOS!!
Mirando hacia adelante, pero teniendo conciencia de lo que fuimos, podremos emprender un camino todos juntos y para siempre, buscando coincidir en lo que podamos, pero con una meta en común: ¡UN PAÍS MEJOR!
Amén
Ricardo A. Carrasquet
Realizador Audiovisual
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